PREMIOS PRÍNCIPE DE ASTURIAS
Felipe VI: "La Maratón de Nueva York es ejemplo de convivencia"
La prueba neoyorquina ve también premiada su evolución. La directora de la Maratón de Nueva York, recoge el Príncipe de Asturias.
Alguna mente ingeniosa del márketing se ha encargado de darle un nombre comercial: running. El concepto inglés se refiere el trote callejero de siempre, el de la persona que abre un hueco en su rutina diaria para calzarse unas zapatillas de deporte y salir a correr por las calles del vecindario. Deporte y terapia anti estrés, dos en uno. Cuando los representantes de la Maratón de Nueva York recogieron en la tarde de ayer el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en Oviedo, un pedazo del galardón iba para todos los practicantes amateurs.
Recogió la distinción la directora, Mary Wittenberg, acompañada de George Hirsch, cofundador de la prueba, y los atletas Tegla Loroupe, keniata, y Germán Silva, mexicano. Todos a paso ligero, ritmo maratoniano. Minutos después, el rey Felipe VI citaba algunas de las claves del premio: “Es un ejemplo de convivencia, de cómo se puede avanzar juntos y mirar al horizonte con una meta común”.
No es el premio de la disciplina con más repercusión de los últimos tiempos pero, posiblemente, sí en el que más gente se ve representada. La Maratón de Nueva York es para muchos atletas no profesionales una especie de objetivo vital, el Santo Grial del corredor aficionado.
La prueba neoyorquina ve también premiada su evolución imparable. Poco tiene que ver el formato actual con la edición inicial de 1970, cuando 127 participantes completaron varias, y repetitivas, vueltas por Central Park a cambio de 1 dólar. El mareante recorrido inicial tuvo su necesaria remodelación en 1976 cuando se decidió que la carrera atravesara los cinco distritos neoyorquinos: Brooklyn, Bronx, Manhattan, Queens y Staten Island. Desde entonces el desarrollo ha sido imparable. El premio será mostrado en la próxima edición de la Maratón, la del 2 de noviembre.