Turf | Antonio Gallardo
“En EE UU pasé de dormir en el suelo a vivir un gran sueño”
Antonio Alonso Gallardo ‘El Pecas’ emigró a EE UU para triunfar y, a sus 26 años, es el tercer jockey que más carreras gana. El jerezano montó ayer en la Zarzuela.
Explique cómo un jockey de Jerez acaba siendo el tercero con más triunfos en EE UU.
—Siempre me gustó ser jockey, comencé en la Yeguada Tepeyac (Jerez) a entrenar, de ahí pasé a Málaga, probé en Inglaterra, volví a Málaga, Madrid... Entonces, la entrenadora Jennifer Bidgood, que trabajaba con un propietario norteamericano y seguía las puebas de allá, me animó a probar.
—Y se planta allí...
—Sí, y al principio me costó muchísimo. ¡Lo pasé fatal! Tenía casa dónde estar, pero no tenía ni muebles y llegué a estar durmiendo en el suelo. No conocía a nadie. Hasta que un amigo, Jorge Gómez, me dio el teléfono de Víctor Centeno, un agente de jockeys. Le llamé y me llevó al Hipódromo de Calder, en Miami. Pero todo era muy difícil. Yo era un español que no conocía a nadie.
—¿Cuándo vio que podría labrarse una carrera?
—Todo fue lento. Los dos primeros años no veía futuro... pero aprendía. Y al tercero mejoré y cambié mi estilo.
—¿Es tan diferente montar en Europa y en América?
—Hay muchos factores. La manera de montar, el sentido del paso, los caballos, las pistas son más planas y rápidas...
—Y en este 2014 explota: 227 victorias, con casi cuatro millones de dólares en ganancias.
—Es un sueño. En 2013 gané nueve Stakes, cuatro el mismo día, cuando hay grandes jockeys que no consiguen ni dos en tres temporadas. Ahí empecé a soñar. También cambié de agente, que fue duro, pero era un paso que tenía que dar. Y el sueño continúa.
—Pues ya puestos a soñar... ¿se ve en el Kentucky Derby?
—Cada año me pongo metas para avanzar. Quiero y sé que puedo correr las ‘grandes’.
—¿Hay algún caballo que le haya marcado en su carrera?
—Por cariño, Tiffany, mi primer triunfo. En EE UU, una yegua, Disco Barbie. Tenemos una conexión especial. Es muy buena y logramos grandes resultados.
—Y pensar que toda su carrera estuvo pendiente de un hilo.
—Sí, por una caída muy grave con 18 años. Pero siempre pienso que si Dios me salvó era porque me reservaba algo bueno. Y lo estoy viviendo.