Montañismo
Diabéticos en el Everest 2014, el viaje que derriba barreras
Cinco enfermos tipo 1 aprovechan la tecnología para cumplir su sueño. Fueron controlados a distancia, era como llevar “un médico en el bolsillo”.
La expedición Diabéticos en el Everest 2014 ya está en casa. El proyecto patrocinado por Telefónica, Saluspot, Menarini y Faes Farma regresó a España desde Katmandú (Nepal) tras realizar el trekking de aproximación al campo base del Everest. Un recorrido de 10 días en el que los expedicionarios han caminado un total de 112 kilómetros y acumulado 6.200 metros de desnivel positivo. Durante la marcha, los cinco participantes han estado controlados vía satélite por los servicios de telemedicina para enfermos crónicos de Telefónica y con la supervisión de los médicos del portal Saluspot.
“Hemos demostrado que la diabetes no es un obstáculo en sí mismo para afrontar determinados retos. Los obstáculos han sido los mismos que para los demás: la preparación, la alimentación, la aclimatación en altura, etc”, dice José Ramón Castañares, uno de los diabéticos tipo 1 participantes en el reto.
Para Miriam Pérez Pelayo, endocrina en el Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés y que ha participado desde el portal médico en el seguimiento de alguno de los pacientes, “cuando ellos entienden que son capaces de realizar un reto, al instante entienden también que la diabetes no les supondrá limitación alguna”. La doctora ha monitorizado a distancia a Laura Mármol y José Ramón, sorprendiéndose de los buenos niveles durante el trekking y considerando la expedición como un fantástico aprendizaje y ejemplo para otros diabéticos.
Avances. Según el alpinista vitoriano Josu Feijoo, primer diabético en la cima del Everest en 2006 y líder de Diabéticos en el Everest 2014, “la tecnología permite romper barreras, llegar a sitios donde sería muy difícil llegar”. De esta forma, los cinco han mantenido un control monitorizado de sus niveles de azúcar en sangre y han podido realizar sus preguntas sobre la diabetes y también sobre otros problemas como el mal de altura a los médicos de Saluspot.
Cada uno de ellos destaca algún momento especial de estos días en Nepal. Para Laura Mármol fue muy especial “el amanecer junto al monasterio de Tengboche y la primera vista del Everest y el Lhotse”, mientras que Vanesa Guijarro se queda también con la posibilidad de compartir experiencias con otros diabéticos y “la apertura de miras para el futuro que me ha ofrecido el viaje”. Iván Antón ha quedado muy impresionado por el día a día de la cultura nepalí, sus costumbres y sus tradiciones y “por el grupo tan cohesionado que hemos formado de la nada”. Ángel Mangas ha venido marcado por la fuerza física y mental de los cientos de porteadores con los que se han cruzado en el camino y que “cargaban cervezas, ferralla, ladrillos, gas y todo lo necesario para la vida en el valle”.
Los cinco han regresado distintos. Reafirmados en que su enfermedad no debe suponer una barrera para realizar determinados sueños y agradecidos a proyectos de telemedicina como los de Telefónica, tecnología puesta al servicio de la sociedad y no al revés, que les permite llevar “el médico en el bolsillo” y viajar con tranquilidad a lugares tan lejanos y maravillosos como el valle del Khumbu y el Everest.