EUROPEOS DE BERLÍN
Jessica Vall remonta hasta el bronce en los 200 braza
Su progresión la llevó al podio mientras que Marina García se desfondó y acabó quinta. El oro fue para Pedersen y la plata para Renshaw.
Un torbellino de felicidad de 1,60 metros irrumpió ayer en el Velodrom de Berlín. Era Jessica Vall, la bracista que ha roto los tópicos de la natación, y que cumplió su sueño a los 26 años, cuando un nadador entra en su fase más crepuscular. Pero su carrera se ha desarrollado de menos a más, tomando decisiones, estableciendo prioridades y multiplicándose para brillar con los libros y con el agua. La misma estrategia que en la brillante final de los 200 braza. Vall tuvo paciencia. “Me centré en remontar, en hacer un segundo 100 más rápido. Es lo que había entrenado”.
Y así ocurrió. Pedersen era un cohete inalcanzable, directa al oro (2:19.84). La rusa Simonova y Marina García iban a rueda, buscando la plata y el bronce. “La carrera pasaba por el otro lado. Yo sólo veía delante a la británica y fui tras ella. Me dije: ‘esta no me gana”. Sí le ganó (2:23.82), pero esa rueda le llevó al podio (2:24.08), por delante de la rusa (2:24.87) y de Marina (2:24.96).
“Toqué y alcé la cabeza. Estaba muy cansada y veía borroso. ¿Eso es un tres? No sabía qué hacer, si reír o llorar. Luego cuando salí del agua y vi a Rodrigo (jefe de prensa de la RFEN), me di cuenta de que había sido bronce”, relataba entusiasmada la catalana.
La medalla tiene muchas horas de trabajo, como relata su entrenador, Jordi Jou: “Llevamos cinco años. Los primeros dos fueron casi por afición. Recuerdo que comía a las 14:30 en un tupper y a las 15:00 se tiraba a la piscina. No hacíamos ni medalla en los Nacionales”.
Pero antes del Mundial de Barcelona, Vall decidió probar suerte y entrenarse a tope, una vez licenciada en Biomedicina. “Nos salió bien. Logró clasificarse para el Mundial de Barcelona y este año, en los campeonatos de España, ganó las tres pruebas de braza. Es una chica extraordinaria, es una esponja que absorbe a diario todos los conocimientos”, detalla su técnico.
Vall, que fue cuarta en los 100, entra en la elite europea. Hoy participará en los 50. “La edad es un hándicap, pero por dentro es más joven”, dice Jou. Otro sueño: nadar en Río.