El pefil de Borja Vivas
Pesas con corcho en Carranque
Por sus más de 200 centímetros de altura, Vivas usa la técnica de lanzamiento lineal: “A las personas tan grandes como yo, el lanzamiento giratorio nos cuesta bastante más”.
Hasta finales de 2012, Borja Vivas (Málaga, 26-5-1984, peso en torno a 145 kg) sólo había lanzado cuatro tiros más allá de los 20 metros. Tras sus 21,07 de los últimos Campeonatos de España, en Alcobendas, esta de Zúrich era la primera vez que su entrenador, Tomás Fernández, viajaba con el lanzador malagueño a un gran evento internacional dentro del cuadro de técnicos de la Federación Española.
Por sus más de 200 centímetros de altura, Vivas usa la técnica de lanzamiento lineal: “A las personas tan grandes como yo, el lanzamiento giratorio nos cuesta bastante más. Te puede llevar más lejos, pero tendemos a salirnos del círculo y a cometer algunos nulos”. El legendario campeón leonés Manuel Superman Martínez mide 1,85 de altura. En esas condiciones, el lanzador del Club Atletismo Málaga, que beca la UCAM de Murcia, necesitaba, según el propio Fernández, “un trabajo de explosión que es fundamental en esta especialidad”.
Fernández y Vivas ceban esa explosión en un oscuro gimnasio de la Ciudad Deportiva de Carranque, en Málaga, que el flamante subcampeón europeo comparte con opositores a cualquier cosa y atletas aficionados de toda laya. Allí, Vivas se coloca en el pecho una lámina de corcho para resistir los impactos pectorales del press de banca, con cargas que van más allá de los 150 kilogramos… y las series matadoras de sentadillas, más allá de la cota 200. “Cuando salgo de Carranque, me parece que lo tengo todo roto”, asume Vivas. Ese cuarto oscuro de Carranque iluminó el camino hacia la plata europea que se colgó ayer en el Letzi de Zúrich.