RUGBY
Crusaders y Waratahs ganan y se jugarán el título en Sydney
Los neozelandeses superan con solvencia a unos erráticos Sharks. Los Waratahs sufren ante Brumbies pero resuelven el partido gracias a su gran defensa.
Crusaders y Waratahs superaron a sus rivales y se metieron en la final del Super Rugby. Hicieron valer, de esta forma, el factor campo y demostraron por qué habían acabado ocupando las dos primeras posiciones de la clasificación al finalizar la fase regular. El choque que decidirá cuál de los dos equipos es el campeón se disputará en Sydney, en casa de los Waratahs, que tendrán esa ventaja por ser los mejores en la liga. Se reeditarán, por tanto, las finales de las temporadas 2005 y 2008, que se jugaron en Christchurch y en las que los Crusaders acabaron llevándose el título.
Crusaders 38- 6 Sharks. Sin reacción. Los Crusaders jugarán su undécima final tras vencer en casa a los Sharks. Los sudafricanos estuvieron a merced de los de Christchurch durante prácticamente todo el partido y no fueron capaces de anotar un solo ensayo.
Empezó igualado el partido y parecía que los Sharks podían poner en aprietos a los Crusaders, hasta que en el minuto 15 Kieran Read rompió la línea defensiva sudafricana para conseguir el primer ensayo. Esta acción, unida al acierto en los tiros a palos de Dan Carter y a las pérdidas de balón de los Sharks, propiciaron una ventaja de 16-6 para los neozelandeses al término del primer tiempo.
La reacción sudafricana tras el descanso no llegó. Los Crusaders controlaban en balón, dirigidos por dos medios de apertura como Colin Slade y Dan Carter (quien actuó de primer centro). Los visitantes estaban encerrados en su propio campo, sin opciones de llevar el balón a la línea de marca rival y jugar con su poderosa delantera. El dominio neozelandés se tradujo en los ensayos de Nadolo, Heinz, McNicholl y Todd, que ampliaron la ventaja hasta los 32 puntos. Una ventaja que podría haber sido más amplia si Carter hubiera convertido algún tiro a palos más.
Waratahs 26-8 Brumbies. “El mejor ataque es una buena defensa”. Eso debieron pensar los Waratahs en su partido ante los Brumbies. Sus tres ensayos vinieron precedidos de tres robos de balón, lo que demuestra el buen hacer en defensa de los de Sydney.
Se preveía quizás un encuentro en el que los tres cuartos de ambos equipos tuvieran mucho más protagonismo, pero no fue así. Los Brumbies se imponían a los Waratahs en las melés y los mauls, aprovechando su también poderosa delantera y a los locales solamente les quedaba defenderse en su propio campo. Lo hacían, eso sí, con mucha fiereza y contundencia, ejecutando placajes tremendos. Solamente Henry Speight fue capaz de encontrar un resquicio en ese muro defensivo y contrarrestó el ensayo inicial de Alofa Alofa.
Tras la marca de Speight (minuto 31), los Brumbies no volverían a conseguir ni un solo punto. Algo casi inexplicable para el segundo equipo más anotador del torneo, por detrás de los propios Waratahs. No era solo la buena defensa de los Sydney lo que los alejaba de la línea de marca, sino también sus propios errores en el manejo del oval. Los Waratahs demostraron que también tienen una gran calidad en sus descargas y pases constantes, gracias a los cuales Beale y Foley pudieron aprovechar esas pérdidas de los Brumbies para conseguir dos nuevos ensayos y finiquitar el partido.