VOLEY PLAYA
La polémica del bikini no existe en el Madison de Laredo
Se cumple la normativa internacional, y salvo una jugadora a la que se permite actuar con bañador completo, todas con top y braga.
La tormenta de la madrugada del viernes no fue obstáculo para que esta mañana se jugase con normalidad los últimos partidos de clasificación para el cuadro final de la tercera prueba del Madison, que se disputa en la playa de La Salvé de Laredo, suspendida el año pasado por las dificultades surgidas con el delegado del Gobierno y su apreciación de la Ley de Costas, renovada por el Gobierno.
Pese a todo, el mena “reserva tu entrada” en los carteles anunciadores del torneo, movió a la burocracia a solicitar una tasa “por cobrar por el espectáculo”, que, sin embargo, es público y gratuito, con dos pistas de juego en la zona deportiva de la playa.
Deportivamente, esta prueba, una de las más insignes del calendario por lo que tiene de tradicional, cuenta con algunas ausencias notables, y no están ninguna de las parejas que ganó la prueba de Madrid, porque tanto Paula Soria y Ángela Lobato como Fran y Menéndez están disputando el Mundial Universitario en Matosinho (Oporto). Y en el cuadro femenino también destaca la ausencia de Esther Ribera y Amaranta Fernández, segundas en Madrid.
Entra en escena Clara Lozano, veterana jugadora del World Tour, que hará pareja circunstancial de Nazaret Florian, campeona el año anterior y que en esta temporada aún no ha podido conquistar una prueba.
Respecto a la uniformidad, en el vóley playa no hay problema: se acata la normativa internacional, con top y braga más bien pequeños, aunque eso no implica que la organización sea condescendiente con alguna jugadora que solicita actuar con bañador completo por sentirse más cómoda. En lo que va de torneo sólo se ha dado un caso, de una veterana colocadora de pista que ha optado por usar esta indumentaria.