Triatlón
Serrano, un Ironman con esclerosis múltiple
“El deporte me ayuda a mejorar mi enfermedad”. La preparación ha sido dura, ha recorrido 2.000 km en bicicleta, 720 en carrera a pie y 130 de natación.
Luis Fernando Serrano tiene esclerosis múltiple, pero va a competir el domingo próximo en el Ironman de Vitoria. Una prueba para superhombres, como lo es Luisfer. Se trata de nadar cuatro kilómetros, de pedalear 180 y de terminar con un maratón: 42.195 metros a pie. ¿Quién dice que es un enfermo?
Luis Fernando comenzó en su momento a sentir “cosas extrañas”, hasta que un amanecer “no sentía las piernas y no me podía casi ni mover. El cuerpo no me respondía”. El diagnóstico fue claro: esa esclerosis que le acompañará toda su vida.
“El médico me dijo que dejara el deporte y que me sentase en el sofá, pero me sentía cada vez peor. Decidí hacer ejercicio físico, conocí a Diego Velázquez, un pionero en todo esto (actualmente hospitalizado, tras una operación), que me aconsejó que hiciera triatlón, porque es un deporte muy completo, en el que ejercitas todos los músculos. Y ahí estoy”, dice Luisfer.
Joven, atlético, alto, delgado, entusiasta, tiene 35 años, trabaja como vigilante, goza de sus dos hijos de dos y cuatro años, “a los que puedo perseguir corriendo, ¡porque no vea como son..! El deporte ha mejorado mucho mi vida, pero a veces la parte izquierda de la pierna casi no la siento, tengo algunas dificultades respiratorias, me afecta mucho el calor y no puedo tener estrés”, comenta el triatleta, que es, sobre todo, un luchador nato.
“El deporte me ayuda a mejorar mi enfermedad y es tan importante para mí como el tratamiento médico que recibo, como las visitas al hospital”, dice mientras corre por el Parque de las Naciones.
En el Ironman de Vitoria sólo aspira a terminar, pero ha edificado buenos cimientos para ello. “Llevo ocho meses entrenándome y he recorrido 2.000 kilómetros en bicicleta (carretera de Colmenar), 720 de carrera a pie (por el Parque de las Naciones) y 130 kilómetros de natación, en las piscinas de Pío XII, bajo la dirección de Ángel Moncada, mi entrenador”.
“Me gustaría trasmitir a los que tienen esta enfermedad que no se rindan, que hagan deporte, porque les va a ayudar. No digo que se aventuren en un triatlón, sino que practiquen el deporte que puedan”, recomienda. Y consciente de su enfermedad, de la que habla claramente y sin tapujos, dice que “lo que puedas hacer hoy, debes hacerlo, porque hay que vivir el día a día”. El domingo le espera el Ironman de Vitoria. “Sólo pienso en acabar”, dice Luisfer. Ya sería una proeza.