Ultramaratón
Chema Martínez persigue el Grand Slam de los desiertos
Chema Martínez ganó la ultramaratón del desierto del Gobi (China), y antes fue segundo en la del Sahara (Jordania). Opta a ganar el Grand Slam de los desiertos.
Chema Martínez, medallista europeo en 10.000 y maratón, buscó nuevos retos tras su retirada del alto nivel... y los ha encontrado en el ultramaratón. El madrileño dominó la prueba del Desierto del Gobi, en China, en la que durante siete días tuvo que recorrer 250 kilómetros. “Es una experiencia completamente diferente. Cambias la mentalidad y la forma de enfrentarte a la carrera. Aquí sales e impones tu ritmo”, cuenta Chema, de 42 años, que fue cargado durante la semana con una mochila de diez kilos en la que portaba comida liofilizada, saco de dormir, esterilla, ropa de abrigo... “Correr cargado es lo que marca la diferencia. Lo entrené en la maratón de Londres, donde acompañé a un amigo con cuatro kilos a la espalda”.
El madrileño invirtió 25 horas y 56 minutos, en las que le sucedió de todo. “Me quedaba solo pronto”, relata Chema, que se perdió cuando unos camellos se acercaron a él. “No sé cómo reaccionan, si me pueden atacar o algo... Y perdí de vista las marcas que hay en el recorrido”.
Sin comida. El atleta pasó etapas muy duras, en especial la quinta, de 69 kilómetros, y la tercera (40 km), en la que se subía desde 1.300 a 3.000 metros. “Fue durísimo”, resopla el nuevo ultramaratoniano, que pasó frío. “Por las noches me ponía todas las prendas. Y cogíamos las botellas de agua caliente para entrar en calor. Como en las casas de antes”. Y algo de hambre: “Me tuve que hacer un puré con mousse de chocolate, el último día, que ya no tenía comida”. Pero está encantado con la victoria y la experiencia: “En alto nivel me querían retirar y aquí me siento un chaval con todo por descubrir”.
Novatada. Ya ha corrido en la Sahara Race, en Jordania, donde fue segundo, y ahora esta prueba en el Gobi. Su objetivo es completar el Grand Slam de los cuatro desiertos, una prueba que ganó en 2012 el bombero de Alcoy Vicente García Beneito. Así, le queda pendiente la prueba de Atacama en octubre y la de la Antártida en noviembre. “He ido ganando experiencia. En Jordania pagué la novatada y no me impuse buen ritmo. Además, no llevé esterilla y dormí sobre mis huesos. No descansé. En el Gobi he aprendido”.