BOXEO
Cotto cierra la gran carrera de Maravilla Martínez
El argentino, disminuido por las lesiones de rodilla y con 39 años, perdió el Mundial del medio (CMB) por KOT en el 10º. Cayó tres veces en el primer round.
Miguel Cotto cerró la carrera de Sergio Martínez, que esta vez no fue ‘Maravilla’, sino un boxeador disminuido por las lesiones, muy lejos de su mejor nivel. Su tren inferior no obedeció a su mente y a partir de ahí no hubo plan. Porque con esas piernas rápidas otras veces marcó la diferencia. Cayó tres veces ya ‘Maravilla’ en el primer round, otra en el noveno, y antes de comenzar el décimo, su esquina paró el combate: el veredicto oficial, KOT. “Me llegó una mano en frío y ya no me pude recuperar”, explicó el argentino afincado en Madrid, que no quiso poner la excusa de sus rodillas, operada la derecha tras ganar a Julio César Chávez y también a Martin Murray hace ya más de un año. “Su rodilla no estaba respondiendo y no podía dejar que lo siguieran castigando”, se sinceró su entrenador, Pablo Sarmiento.
El puertorriqueño, ante su público del Madison Square Garden de Nueva York, arrebató el cinturón de campeón del mundo del peso medio (CMB) al argentino afincado en Madrid y consigue hacer historia para su país al reinar en una cuarta división. Cotto, un superclase de 33 años, llevó veneno en su crochet de izquierda y tras mandar ya a la lona a ‘Maravilla’ en el inicio se dedicó a administrar su ventaja: frío, bien plantado, con una izquierda venenosa, sólido y peligroso a pesar del déficit de peso y altura respecto a ‘Maravilla’, que no consiguió adjudicarse ningún asalto. No existió. Su jab de derecha para cruzar la zurda estuvo bloqueado, fuera de distancia lastrado por la poca movilidad de las piernas.
Cotto puso el cierre a una historia de cuento, de puro boxeo, protagonizada por ‘Maravilla’, que con 39 años se bajará del ring (“si pierdo, lo dejo”, había advertido). La historia de un campeón salido de una barriada pobre de Quilmes, que llegó a España sin un euro en el 2000 huyendo de la crisis, donde estuvo cinco años sin papeles alternando hasta tres trabajos y teniendo que recurrir alguna vez a comedores de Cáritas. Con el lema en la cabeza de su admirado Ché Guevara (“hasta la victoria siempre”) tomó Madrid como trampolín, asaltó Inglaterra y después Estados Unidos. Se proclamó campeón mundial y llegó a ser el tercer mejor libra por libra del mundo tras Mayweather y Pacquiao.
Sergio Martínez tuvo el epílogo que nunca quiso imaginar para su carrera. Se la jugó poniéndose delante de Cotto en el Garden, y la apuesta le salió mal porque el cuerpo no le aguantó. Pero su historia, en cualquier caso, seguirá siendo maravillosa. Ha sido campeón en el ring y lo seguirá siendo en la vida.