Polo
Cuatro millones de euros se pudren lentamente en La Granja
Luis Benjumea, director deportivo de la Federación Española de Polo, asegura que su institución “no tiene medios para encargarse de ese campo".
Sorpresa en la carretera secundaria que lleva de La Granja a Navacerrada: a la salida del Real Sitio, a la derecha, entre un arbolado majestuoso se descubre una pradera formidable de más de 30.000 metros cuadrados. Se trata del recuperado campo de polo de Alfonso XII, que en 2011, y gracias a una inversión inicial de 3,8 millones de euros por parte del CSD, volvía a estar útil. Con un partido entre dos equipos de Madrid, y a bombo y platillo, el polo reaparecía en La Granja. Después de aquello, nada; la instalación se pudre.
Luis Benjumea, director deportivo de la Federación Española de Polo, asegura que su institución “no tiene medios para encargarse de ese campo, que dispone del mejor drenaje, el mejor riego, y una hierba (bermuda) que aunque parezca muerta, es recuperable”. Pero en estos momentos “es una cancha impracticable para el polo”.
La realidad es que a finales de siglo Patrimonio Nacional cedió el uso del campo al CSD, y el Ayuntamiento siempre persiguió que se adecentase una instalación que se caía. Pero el problema es que mantener el campo en buen uso cuesta, según los números del Consistorio, “ 60.000 euros al año”, y no es una dotación deportiva que necesite La Granja, de 6.000 habitantes.
Hace quince días el CSD visitó el campo; antes, una cuadrilla de jardineros del Ayuntamiento intentó asear en lo posible el recinto. La Comisión de Seguimiento se interesaba por conocer si se cumplía el protocolo de cesión del campo al Ayuntamiento, al que también le reclama 280.000 euros de una subvención para construir un anexo de taqueo.
“La pista está construida y pagada”, asegura el alcalde José Luis Vázquez, que señala a la burocracia administrativa la situación creada, “pero tanto el CSD como el Ayuntamiento queremos sacar adelante este campo”.
Para Vázquez, “la cancha de polo siempre tiene que ser de uso público, porque han sido los habitantes del municipio quienes la han mantenido”, y a la vez considera que “debe darle valor añadido al Real Sitio de San Ildefonso”.
Y en eso está el alcalde con el CSD, en buscar una solución para que, manteniendo el uso deportivo, sea la empresa privada la que impulse una actividad inexistente ahora. “En altura, la pradera (250 metros de largo por 120 de ancho, en la que caben varios campos de fútbol) podría usarse de manera polideportiva. Hay empresas interesadas en la gestión si el CSD nos cambia las condiciones del convenio”, apunta Vázquez. Mientras tanto, el barbecho va por los tres años.