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WATERPOLO

El Barceloneta gana la primera Euroliga de su historia

Superó agónicamente al Radnicki por 7-6 y se corona en el continente. Es el tercer título del waterpolo español en la máxima competición europea.

Barcelona
Los jugadores y técnicos del Barceloneta festejan su éxito.
RODOLFO MOLINA

Diez meses después de que la Selección femenina se proclamase campeona del mundo, las Piscinas Picornell volvieron a ver a un equipo español en lo más alto. El Atlètic-Barceloneta ganó su primera Euroliga en un torneo memorable, ante su gente y derrumbando la superioridad de equipos que le triplicaban el presupuesto, como el Primorje Rijeka, en semifinales, y el Rednicki, en la final (7-6). Los jugadores y técnicos acabaron en el centro de la piscina, gritando, ante una afición con los colores azul y amarillo, entregada a un equipo que volvió a escribir una página de oro en la historia del waterpolo español. Este trofeo se suma al del CN Barcelona, en 1982, y CN Catalunya, en 1995.

El Barceloneta mantuvo el pulso de una forma encomiable. Con arrojo, una defensa al límite y un ataque imaginativo ante la superioridad física serbia, los de Martín llegaron 3-3 al descanso en un choque vibrante. De un plumazo se sacudieron la teórica superioridad del único equipo invicto en esta competición. El temible peligro serbio procedía de la portería y de la posición de boya, con dos de los mejores jugadores del mundo.

Pronto se vieron sus cartas. Zlokovic, curiosamente montenegrino y un imparable atacante, anotó los dos primeros goles e hizo una herida en la defensa marinera. El 0-2 era un inicio calcado al de semifinales ante el Primorje Rijeka, pero el Atlètic no se vino abajo, como ya había hecho la tarde anterior. Tampoco le pesó el derroche físico. Siguió erre que erre y, a escasos segundos para el final del primer periodo, el alocado Echenique recortaba distancias (1-2) y metía a su equipo en el partido.

Los serbios comenzaron a sufrir en ataque y eso que los árbitros le señalaron más exclusiones a los españoles, quienes se defendieron con orden, intensidad y la agresividad justa. El navarro Munarriz, en un alarde de valentía, anotó el 2-2. Todos, en ese momento, se lo comenzaron a creer. Había partido y el Barceloneta estaba a un nivel extraordinario. Basara hizo el 2-3 desde la posición de boya pero Perrone, en un acto de fe, empató nuevamente (3-3). Radic, el meta serbio, tan imbatible como prepotente, comenzaba a no llegar a todas las bolas, mientras que López-Pinedo, el mejor jugador de esta final a seis, se mostraba infranqueable.

El tercer cuarto trajo al mejor Barceloneta. Su defensa recordó a la Selección femenina: llegaron a todas las bolas, cerraban las boyas e impedía el lanzamiento exterior. Español, MVP, marcó el 4-3 de penalti. Por primera vez los marineros se pusieron por delante. El pulso no les tembló pese a que Buric empatase poco después. El equipo catalán encontraba espacios en ataque, movía rápido la bola y logró tener un porcentaje más elevado que su rival en las superioridades. En una de ellas, Ugovic marcó el 5-4. Al Rednicki le entraron los nervios. No encontraban salida en ataque y veían que la victoria se les iba escapando, más aun cuando Español, de un soberbio lanzamiento exterior, hizo el 6-4.

Con todo a favor, los marineros contuvieron a los serbios. Despertó Filip Filipovic y con dos goles seguidos recortó distancias (7-6). Quedan cuatro minutos, pero el resultado no se movió. López-Pinedo lo paró todo y el remolino de brazos de los españoles no bajó la guardia. No hubo goles, sí sufrimiento, hasta que Español aguantó el balón e hizo la de Carrasco: se marchó al córner a perder los últimos segundos de partido. Unos segundos antes de la ovación atronadora, de los gritos de júbilo y de la confirmación de que el Barceloneta es, por fin, el mejor equipo de Europa. La noche será larga en el barrio barcelonés.