Copa del Rey
El Barça agota al Granollers y suma su cuarto título del año
Con el 42-32, es el primer equipo que supera los cuarenta tantos en una final copera. Álvaro Ruiz, el central del Fraikin, elegido el mejor jugador.
Como se esperaba, la Copa del Rey se la lleva el Barcelona, que suma así su cuarto título oficial de la temporada doméstica. Póquer con la Supercopa, la Copa Asobal, la Liga (aunque faltan tres jornadas) y el título de hoy en Pamplona, que es nada menos que la dieciocho en su historial, y con un récord más: el primer equipo que supera los 40 tantos en la fina (42-32), en la segunda final con un resultado más alto. Y, además, acaba con una racha de tres años en la que los jugadores deTalant Dujsebaev le arrebataron el título, aunque Lazarov sigue en racha.
Todo esto lo hizo el Barcelona frente a un Fraikin Granollers, digno rival, competitivo mientras le duró la gasolina y los efectivos, y que acusó el cansancio por su partido duro del sábado ante el Huesca, y la lesión de Salinas, su goleador, ausente por lesión en la final. Pero tiene mérito que con un bloque importante de jugadores formados en la cantera, fuese capaz de meterle 32 goles al Barcelona, la segunda mejor marca de un derrotado tras los 35 del Ademar hace unos años también contra el Barça. Pero en aquellos tiempos las diferencias entre los mejores con el equipo azulgrana no son las siderales del presente.
Mientras los vallesanos estuvieron enteros, Álvaro Ruiz, a la postre elegido el mejor jugador de esta Final Four copera, dirigía a sus compañeros con mano de hierro y superaban a la defensa azulgrana, hasta el punto que Pascual pedía tiempo muerto a los nueve minutos para meterles en el cuerpo pimienta a sus hombres, indolentes hasta entonces (6-7) y tras encajar un parcial de 0-3.
Un poco de interés, inercia en el ataque y aprovechamiento de las pérdidas vallesanas parecían decidir ya la final, pero con 14-10, una exclusión de Viran Morros, volvía a meter al Fraikin en el partido (16-15), cuando, sorpresa, en cinco minutos, los últimos, se derrumbó insospechadamente para irse al vestuario con un 22-17 gracias a la racha de goles de Sarmiento, posiblemente el mejor barcelonista en la final con sus acciones individuales.
La segunda parte no tuvo historia, aunque sí quedará para el futuro la actuación de Pol Sastre en la portería del Granollers, o los goles de Solé, o las carreras de Adriá Pérez, gente de la casa, que ha crecido en este histórico club catalán.
Para el Barcelona la Final Four de Pamplona no le vale como ensayo para la Final Four de Colonia, porque en la Champions League no se va a encontrar tantas facilidades.