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Groenlandia se presenta como el nuevo reto del trineo de viento

Ramón Larramendi y su equipo esperan recorrer 5.000 kilómetros en Groenlandia. Se trata de la sexta expedición que tendrá a este trineo como medio de transporte.

El trineo tirado por cometas en su anterior expedición en la Antártida.

Ramón Larramendi lleva 14 años trabajando en su trineo tirado por cometas. Está empeñado en demostrar que para realizar expediciones polares (como las científicas que estudian los efectos del calentamiento global, por ejemplo) se puede utilizar este transporte con nulo impacto en el medio. “Y la única manera de demostrarlo es hacerlo allí, in situ. De nada valen las pruebas en Finlandia o en el Báltico. Hay que probarlo sobre el terreno donde luego se va a utilizar”, explica Larramendi, que el próximo 5 de mayo intentará circunnavegar Groenlandia, 5.000 kilómetros sobre su medio de transporte sostenible.

Se trata de la sexta expedición que tendrá a este trineo como medio de transporte. En 2011 se convirtió en el primero de estas características en lograr llegar al Polo Sur geográfico. Y todas ellas han servido para que se vaya perfeccionando. Esta vez formará un convoy de tres piezas (una locomotora tirada por cometas más desarrolladas, un módulo de almacenamiento y otro de habitabilidad) y la tripulación asciende a cinco personas (los españoles Larramendi, Manuel Olivera y Eusebio Beamonte, la danesa Karin Moe Bojsen y el sueco Hugo Svensson). Pero la base seguirá siendo la misma, esa que Larramendi creó por medio de tablas y cuerdas inspirándose en los trineos de los inuits, los pueblos esquimales. “Aprendemos de ellos, de cómo solucionan los problemas. Cuanto más sencillo es el trineo, más fácil será repararlo. Hay que tener en cuenta que una asistencia en un lugar como el interior de Groenlandia puede costar 300.000 euros...”, comenta Larramendi.

Ciencia. Esa referencia económica es importante porque otro aspecto que se quiere resaltar es el bajo coste de viajar con este trineo. “Unos 60.000 euros cuesta esta expedición”, se explica. “Y de financiación privada”, matiza Larramendi, cuya empresa de viajes Tierras polares es uno de los principales patrocinadores. “En contraste con los millones que puede costar un experimento con medios convencionales”, apunta Juan Manuel Viu, que coordinará la expedición. Todo en un proyecto donde colaboran la Sociedad Geográfica Española, Acciona y el Instituto Pirenaico de Ecología, que aprovechará el trayecto para realizar diversos proyectos científicos relacionados con el cambio climático.