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Olimpismo

Se enciende las alarmas por todos los graves retrasos en Río

“Es la situación más crítica en cuanto a preparativos de los últimos 20 años”, advierte Francesco Ricci Bitti, líder de la Asociación de Federaciones de Deportes Olímpicos.

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Los trabajadores del Parque Olímpico, en huelga.

Brasil, sede del Mundial de fútbol 2014 y de los Juegos Olímpicos 2016, ha pasado de ser el futuro epicentro al actual quebradero de cabeza del deporte mundial. Mientras la FIFA apremia para la construcción de los estadios, el COI habla de “plan de urgencia” por los graves retrasos en la construcción de las sedes. “No se puede desperdiciar ni un día más”, avisa Thomas Bach, presidente del COI.

“Es la situación más crítica en cuanto a preparativos de los últimos 20 años”, advierte Francesco Ricci Bitti, líder de la Asociación de Federaciones de Deportes Olímpicos. Todas, a excepción de la de voleibol, han trasladado al COI su preocupación y exigen un plan. Bach no quiere ni oír hablar de la posibilidad de quitarle los Juegos a Río, pero sí reconoce un “punto crítico”: “Es hora de tomar medidas”.

Para ello ha adelantado el viaje a Brasil de uno de sus hombres de confianza, Gilbert Felli, director ejecutivo del COI, el hombre señalado para acelerar unos preparativos que, para colmo, parecen mermados por la mayor urgencia del Mundial de fútbol de este verano. Felli es optimista: “Río va a tener unos excelentes Juegos... si desde ya nos ponemos con las acciones necesarias”. Pero el panorama que se encontrará no es alentador.

Huelga. El complejo del Deodoro (sede de ocho deportes) está sin construir. La Reserva de Marapendi (golf) aún no tiene césped. Para colmo, más de 2.000 trabajadores encargados de la construcción del Parque Olímpico llevan dos semanas en huelga. También preocupan las plazas hoteleras, el transporte y la contaminación del agua. Lejos queda ya lo que se llamó ‘voto sentimental’ del COI para la elección de Río. Ahora reina la incertidumbre.

Intenta ser Barcelona, no Pekín

Algo que desespera al COI es la baja cooperación entre los tres niveles del gobierno brasileño. Al que se mira con más estima es al local, personificado en el alcalde de Río, Eduardo Paes, que anunció un aumento del presupuesto de cara a los Juegos para infraestructuras, que alcanzará los 8.000 millones de euros. “Será el legado. Se solucionarán carencias que sufre esta ciudad y que se aprovecharán para los Juegos”. Una transformación que suele comparar con “el efecto que supuso los Juegos en Barcelona” e intentar evitar “el gasto desmesurado” de los de Pekín.