MUNDIALES DE SOPOT EN PISTA CUBIERTA
Ruth Beitia ganó la medalla de bronce con dos metros
Es el único metal de la expedición española de trece atletas, porque este domingo, en la jornada final, no competirá nadie de la Selección.
Un bronce que sabe a oro. Puede parecer un tópico, pero no lo es, porque el tercer puesto de Ruth Beitia en los Mundiales de atletismo en pista cubierta de Sopot (Polonia), tuvo el mismo esfuerzo que el título y la plata: dos metros. Es la segunda vez en su vida que Beitia logra esa altura en una competición de alto nivel.
El problema para la cántabra es que superó esa medida al segundo intento, mientras que sus directas rivales, la rusa Maria Kuchina (atención a este nombre para el futuro) y la polaca Kamila Licwinsko superaron el listón a la primera. Ahí perdió Ruth la posibilidad de seguir luchando por la medalla de oro. En caso de empate deciden los intentos sobre la altura inferior. Y ese nulo de Ruth pesó al final como una losa.
Posteriormente, las tres se estrellaron contra el listón colocado dos centímetros más alto. Una gran competición y no sólo la única medalla para España en estos Mundiales en sala, sino el único puesto de finalista. Ruth y nada más. Trece atletas y sólo la capitana se clasificó entre los ocho primeros.
La española saltó a la primera 1,85, 1,90, 1,94 y 1,97, a la segunda los 2,00 (ahí estuvo el pecado que la condenó al bronce, que no es mala condena) y luego no pudo con los 2,02. Nada que reprocharle, porque sólo una vez ha saltado esa altura en la alta competición.
Pensó retirarse del atletismo (tiene 34 años), pero continuó ante el clamor popular. Compatibiliza su actividad deportiva con la política, porque es secretaria del grupo parlamentario del Partido Popular en Cantabria. Y sigue, y sigue.