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RUGBY | VI NACIONES

Halfpenny lidera al Dragón que resurge a lo grande con Francia

Su pateador estrella estuvo casi infalible y Gales devolvió la lógica al torneo al derrotar en el Millenium a Francia por 27-6. El campeón estaba herido.

Leigh Halfpenny patea el balón.
CARL COURTAFP

La lógica vuelve al VI Naciones. Gales, gran favorita hace un mes a llevarse el Torneo con autoridad, regresó cuando más se le necesitaba. Rodeada de dudas, ante una Francia que llegaba sin presión, el Dragón sacó todo el fuego de sus pulmones para acabar con el Gallo por la vía rápida (27-6). Sin concesiones, siendo la Gales de los dos últimos años. Fuerza en delantera, presión insistente y efectividad casi absoluta de su pateador estrella: Halfpenny. Francia lo intentó, sobre todo tras el descanso, pero Gales le mantuvo a una distancia prudencial, sin mancharse demasiado. El trabajo estaba hecho.

Gales marcó muy pronto el territorio. A los diez minutos ya había embestido, provocado golpes de castigo y hasta había ensayado. Comenzaba el recital de golpes de Halfpenny. A los dos minutos abría el marcador, luego una patada suya a Dulin provocaba la presión de North (posible empujón) y el ensayo del gigante centro (reconvertido desde el ala). El Dragón había descubierto la senda. Chocar, hacer sangre y patear. Una sucesión de golpes de castigo permitían a los locales irse en el marcador. Doussain amenazó con un golpe, pero fue un espejismo. Luego falló uno centrado (no estaba como para que el Gallo hiciese regalos) y Gales siguió a lo suyo. Con el paso de los minutos la presión del Dragón era mayor, Francia no sabía qué hacer. Al descanso 20-6 tras un golpe de Plisson y otro del omnipresente Halfpenny. Poco más que alegar.

Con esa renta tan cómoda no se podían esperar milagros. Gales tenía el partido donde quería y no era cuestión de desgastarse. Quizá por eso (y porque Machenaud suplió a Doussain al descanso), Francia salió animosa. Plisson tuvo un golpe lejano para acortar distancias, y falló. Otro regalo, adiós al sueño. Pasaron más de 50 minutos para que Fofana cortara la línea galesa, síntoma de que no era la noche del Gallo. Sin juego abierto. Además, cada vez que se acercó a la zona de ensayo de Gales el oval se escurría como mantequilla. Sin confianza, ante un Dragón sediento de sangre, no hay nada que hacer. Una sucesión de amarillas por hundir la melé y un enganchón de Picamoles animaban la situación. Hasta que llegó el ensayo del capitán Warburton, posando tras el placaje sobre la línea. Era la noche de Gales y el público del Millenium lo disfrutaba. Campana y se acabó. Francia buscó el ensayo del honor pero Gales no lo consintió.

El Gales-Francia nos devolvió a la realidad. El Dragón, herido, se aferra al Torneo. Todo dependerá de lo que pase este sábado entre Inglaterra e Irlanda. Puede darse un cuádruple empate. ¿Francia? Demostró que sigue muy lejos del nivel de los grandes y que ante Inglaterra le bastó con resistir y un golpe de genialidad genética en el último suspiro. Saint-André no debe relajarse o se llevará más sustos en las dos últimas jornadas.