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El racismo y la homofobia ponen colorada a la NFL

Tras una investigación realizada por la propia liga se ha demostrado que la violencia reina en los vestuarios de la franquicias y no sólo en el terreno de juego.

Nueva York
El jugador de fútbol americano de la Universidad de Mossouri Michael Sam es felicitado por su compañero Matt Hoch, durante un partido entre Missouri y el Sudeste de Louisiana en el campo Faurot Field en Columbia, Missouri. Michael Sam ha declarado públicamente ser gay.
EFE

En la Liga deportiva más rica del mundo se permiten constantes insultos contra las mujeres, la homofobia reina en los campos y en los vestuarios, el racismo es rampante y los jugadores matones amenazan con violencia y actos sexuales a sus compañeros más débiles y educados.

El informe que ha realizado la propia NFL de la conducta de varios jugadores de los Miami Dolphins demuestra que la cultura de la violencia que domina en los campos va más allá de los golpes que se dan los jugadores para frenar a sus rivales o derribar a los quarterbacks.

La NFL ingresa cada año 10.000 millones de dólares en publicidad, derechos televisivos y venta de ropa y entradas. Y es muy posible que a partir del próximo año cuente con el primer jugador que se ha atrevido a declarar que es homosexual.

Tres miembros de la línea de ataque de Miami, Richie Incognito, John Jerry y Mike Pouncey, todos ellos de más de 1,90 metros de altura y 130 kilos de peso, “participaron en una sistemática campaña de persecución” contra su compañero Jonathan Martin. A quien insultaban constantemente, amenazaban con violar a su hermana y a su madre y le obligaban a invitarles a cenar y a comprarles regalos.

Martin estuvo a punto de suicidarse en dos ocasiones “porque no supe defender a mi familia de los ataques y porque me decían que no era suficientemente negro y un cobarde por permitir los insultos”, según declaró el jugador a los investigadores de la Liga.

Esta conducta se extendió a otros novatos que fueron objeto de burlas y tocamientos sexuales en los vestuarios siempre disculpados como parte del recibimiento que reciben en los vestuarios y como bromas. Que también sufrió un masajista de origen japonés que fue insultado y amenazado por los jugadores.

Los entrenadores, la directiva y el propietario de los Dophins han dicho que no conocían esta conducta que han denominado repulsiva Y, sin embargo, la mayoría de los jugadores del equipo estaban enterados de lo que sucedía dentro del vestuario y dicen que no existe solo en el conjunto de Miami sino que se extiende por toda la Liga.

Se espera que la NFL sancione duramente, con la expulsión y la prohibición de jugar al fútbol americano profesional para siempre, a Incognito y sus matones. Pero medios tan influyentes como el diario The New York Times piden aún más y aseguran que esta conducta solo terminará cuando patrocinadores como General Motors, Microsoft, Chrysler y los estudios de Hollywood que se gastan más de 1.000 millones anuales en publicidad, decidan enviar un mensaje claro a la Liga de que no permitirán este tipo de acciones y violaciones de los derechos fundamentales de los jugadores y empleados de los equipos.