Balonmano | Qatar
Rivera: "En Qatar lo único que echo de menos es a mi familia"
Valero Rivera cumplirá mañana 61 años (nació en Zaragoza). Con la Selección logró el bronce y el oro mundialistas. A Qatar acaba de darle su primer Campeonato de Asia.
Acaba de ganar el Campeonato de Asia con Qatar. ¿Cómo fue el torneo?
—Todo fenomenal. Nos vino muy bien haber disputado una competición previa, en la que nos medimos con los tres semifinalistas. Bahrain organizó el evento y jugó de forma aguerrida. Se trató de un rival durísimo. Me siento orgulloso y agradecido a mis ayudantes, jugadores, Federación y afición por poder festejar el primer título para el país. En septiembre intentaremos inaugurar también el casillero de oros en los Juegos Asiáticos, y en 2015 acogeremos el Mundial. Saldrá perfecto en cuanto a logística e infraestructuras; respecto a objetivos, paso a paso.
(Valero atiende a AS durante el Día Nacional del Deporte en Qatar, en una carpa VIP del village ubicado en la Corniche de Doha. Allí se inició la cuenta atrás de cara al Mundial de 2015, que se celebrará en este lugar).
—¿No supuso un paso atrás dejar a nuestra Selección por la qatarí?
—No, para nada. De los 18 partidos que llevo al frente, sólo hemos perdido dos, contra Suiza y Francia, y empatado uno, ante Dinamarca. El nivel de ligas y copas locales es alto, y dispongo de un grupo muy bueno de 22 jugadores, con ocho por debajo de los 21 años. Veo madera y futuro.
—¿Existe pasión real por el balonmano en Qatar?
—Hablamos del segundo deporte para este público, detrás del fútbol. De momento, lo que me transmite la gente son parabienes, ánimos y optimismo para afrontar los retos con más ilusión si cabe.
—¿Qué le convenció para venir, las facilidades económicas o el proyecto deportivo?
—En el aspecto económico no voy a entrar, aunque aquí no haya ese problema. Sobre todo, la insistencia y el respeto con el que me buscaron. Dos veces les dije que no, y volvieron a por mí en una tercera ocasión. Comprobados los resultados obtenidos, estoy encantado de haber contestado positivamente. Se valora nuestro esfuerzo y nos ayudan en lo que necesitamos. Me alegro de la decisión.
—¿No echa nada de menos de España?
—A la familia, lo único. Resido en Doha con mi mujer, y sólo me gustaría visitar más a mis hijos y a mi madre. Mi hija se encuentra en Barcelona, como mi madre, y Valero es profesional en Francia. Cuando puedo realizo concentraciones para mi equipo en Barcelona, o me escapo a Nantes.
—Entonces, se ha adaptado sin inconvenientes.
—Así es. Respiramos tranquilidad y buen ambiente. El idioma tampoco lo considero una traba, ya que nos comunicamos en inglés o en francés. Muchos integrantes de la Federación son tunecinos.
—Con uno de sus pupilos, Borja Fernández, nacionalizado qatarí, lo tiene más fácil.
—Cierto. Él se siente igual de integrado y feliz que yo.
—Además, usted le pasó del baloncesto al balonmano en 2006.
—Pues sí, cuando él pertenecía al CAI Zaragoza me pareció que podría hacerlo mejor como pivote que como pívot. Se cambió al Aragón, donde yo entrenaba, y nos hemos reencontrado después en un país tan alejado de España como Qatar. Lo que es la vida.