FÚTBOL SALA | EUROCOPA DE BÉLGICA
España se despide con bronce, goles y la cabeza muy alta
Derrotó a Portugal por un contundente 8-4 y acaba tercera del campeonato. Los de Venancio se tomaron el partido muy en serio y hubo opción a la sorpresa.
España ganó el duelo ibérico ante Portugal (8-4) y logró el bronce de la Eurocopa de Bélgica. Los de Venancio fueron muy superiores y su triunfo sirve para despedirse de la competición con la cabeza muy alta y consciente de que sólo un par de errores aislados ante Rusia les privó de disputar el título.
Desde el primer minuto se pudo ver a dos equipos queriendo demostrar eso, que si no estaban en esa final había sido por meros detalles, no por falta de nivel. España tomó la iniciativa desde el principio, chocando con un gran Joao Benedito, que salvó al rival en varias ocasiones.
Pero una vez que se abrió la lata, comenzó el festival. Para empezar, tres goles en minuto en un minuto. El primero, de Fernandao, tras recibir de espaldas, girarse y derechazo en un movimiento de pívot puro. Veinte segundos después, José Ruiz se apoyaba en Miguelín para anotar el 2-0. Y era el ala mallorquín de ElPozo el que volvía a asistir, esta vez a Lozano, para el 3-0.
Portugal respondió acortando distancias con un punterazo de Ricardinho y una volea de Pedro Cary, pero España estaba lanzada y convencida de que los lusos pagarían los platos rotos. Miguelín, quizá el mejor de la Selección (en lo que ha podido jugar) en esta Eurocopa junto a Rafa (ayer en el banquillo), marcaba el cuarto tras devolverle la asistencia Lozano del tercer gol. Rafa Usín, con un tiro colocado a la escuadra, y Raúl Campos, de jugada personal, ponían un 6-2 casi decisivo al descanso.
Tras semejante torbellino, en la segunda mitad España bajó el ritmo. También Portugal (el cansancio del campeonato se notaba), pero los lusos aún le quedaba luchar por el orgullo e intentar maquillar el resultado. Costa, tras un fallo de Juanjo, acercaba a Portugal y mantenía la esperanza.
Con el portero-jugador, Portugal sí hizo más daño. Joel marcó el 6-4 y demostró que España no se podía dormir. Y no lo hizo, defendió mejor el ataque de cinco portugués y acabó matando el partido por medio de Fernandao, y Pola, que frustró el intento de Ricardinho de hacer el regate del campeonato.
Bronce que no emociona a una Selección acostumbrada a ganar todo, pero que demuestra el compromiso de los de Venancio y el buen campeonato de estos, sólo emborronado por la derrota in extremis ante Rusia. A pesar de todo, se despedirá en el podio y con la cabeza muy alta.