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FRANCIA 30 - ESPAÑA 27

España se jugará el bronce con Croacia tras perder ante Francia

Las paradas de Dumoulin y los goles de Porte y Abalo eliminan en semifinales a una España que llegó a tener tres goles de ventaja en el segundo tiempo.

Guillaume Joli y Valero Rivera
SCANPIX DENMARKREUTERS

Abalo mató a España. Los goles de Francia vinieron desde los jugadores zurdos, y la Selección tendrá que pelear por el bronce después de hacer una remontada espectacular, en un día en que algunos jugadores estuvieron sobresalientes (Cañellas, Aguinagalde) y otros pedían a gritos irse al banco (especialmente Maqueda). No todos los que estaban en la pista leyeron el partido, ni supieron asistir a los que jugaban.

El 27-30 fina es una anécdota de un encuentro regular, donde lo más celebrado fue los vaivenes del marcador, y donde hubo guerreros por los dos bandos, y otros que sólo estuvieron en la batalla.

Bien el 6-0 español hasta que Onesta descubrió el lado más débil de los nuestros, porque entre Porte y Abalo marcaron la diferencia, Ellos dos, de una u otra manera, entrando por su lateral o ciculando, hicieron un descosido a todo lo que había trabajado España.

Pero también es cierto que en ataque Maqueda se había convertido en una ametralladora, lanzando contra el portero o contra nada, y en ocasiones desde los seis metros. Desperdició tantas ocasiones claras, y en momentos fundamentales, que no se entiende bien por qué Cadenas no probó ni un minuto con Gurbindo, ni por qué se arrugó en un ataque con tres diestros en ataque.

Con todo, España por momentos hizo un buen juego, con Morros y Guardiola pletóricos. Por eso, tras el 2-7 de la primera parte, cuando Omeyer tenía desconsolados a los nuestros, en el momento en que Sierra tocó el balón, se pudo jugar, y como colectivo España es mejor que los campeones olímpicos. De ahí el 14-12 al descanso.

En la reanudación, las exclusiones francesas podrían haber dado aire a España, pero llegaron las acciones individuales de Abalo, y ya se vio que aquello iba a pintar mal. Y luego, las decisiones arbitrales, raras, como las exclusiones de Cañellas o Morros por pelear un balón sin dueño en el aire. Incomprensible. Y que a la larga ambos equipos tuviesen más o menos las mismas penalizaciones resulta ridículo, porque Francia sacude de lo lindo, y España, en comparación, es un grupo mojigato.

Cuando Francia tomó la última ventaja de dos goles, ya no hubo opción Dioumolin se agigantó y sacó algunos balones de gol, y, además, los dos posibles contragolpes que montó España se perdieron por precipitación, sin una idea clara de a quien pasar, y sin estar atentos a que los franceses guardaban como linces las líneas de pase. Francia retorna a otra final europea; mientras que España se queda sin saldar las cuentas de los Juegos Olímpicos.