Dinamarca lleva un año esperando a la Selección

Uno por uno, ninguno de los daneses dirá que el partido de hoy contra España tiene carácter de revancha, pero a poco que escarbes encontrarás la misma respuesta en todos: se trata del primer duelo contra los españoles tras la afrenta del Sant Jordi. Sí, porque hace casi un año la Se­lección se proclamó campeona del mundo ante Dinamarca con un resultado abrumador, 35-19, histórico por el récord negativo para el perdedor. Fue tanto el bochorno del cuadro derrotado que su técnico, Ulrik Wilbek, desapareció del mapa antes que enfrentarse a la prensa.

Ahora es diferente, ya que Dinamarca es favorita, y ha convocado a 16.000 seguidores, lleno, al Jyske Bank Boxen de Herning. “Para nosotros también es una motivación jugar ante un público tan entusiasta, aunque sea rival esta noche”, apunta Manolo Cadenas, que asegura que para él “la Se­lección sale a ganar en todos los partidos”, pero seguirá con Aguinagalde fuera de la alineación. Es decir, seguro que ha echado sus cuentas y sabe que batir a Macedonia, por ejemplo, es lo importante para ser segundo y alcanzar las semifinales.

Hasta ahora hemos visto tres caras de España, porque apenas se identifica una con otra en los tres choques que ha disputado en el Europeo, y Cadenas saca sus conclusiones: “La enseñanza con la que me quedo es que este grupo sabe reaccionar, aunque el marcador se ponga en contra”. En especial, por los encuentros de Noruega e Islandia, ya que con Hungría no hubo ese problema.

Noddesbo, azulgrana y pivote danés, recuerda que el de esta noche “es el primer duelo frente a España desde aquello”. Aquello es la afrenta, el bochorno, la vergüenza, que está técnicamente olvidado, porque no se habla de ello aquí, pero todos los recuerdan. “Más que la revancha, lo que queremos es ganar, ya que lo que valen son los puntos”, confirma el barcelonista, uno de los hombres básicos en el bloque nórdico, como Niklas Landin, el portero; como Mikkel Hansen, el cañonero, la estrella.

El campeón contra el subcampeón del mundo un año después y con un escenario radicalmente distinto. Se trata del atre­zzo en este Europeo, porque el espectáculo es seguro.