JUEGOS OLÍMPICOS DE INVIERNO
Carolina Ruiz: "No siempre se controla todo sobre los esquís"
Carolina Ruiz (Osorno, Chile, 1981) competirá en febrero en los cuartos Juegos Olímpicos de su carrera. A los 32, la de Sierra Nevada llega a Sochi más madura.
Tras las primeras pruebas de Copa del Mundo (su mejor resultado fue novena en Canadá), pasa las Navidades en casa, en Granada, y después vuelta a la acción para los Juegos de Sochi en febrero. ¿Llegará en su mejor momento?
—Lo teníamos programado así. Decidimos estar en casa en Navidad, entrenar físico en el gimnasio, y recargar pilas porque en Copa del Mundo sólo había gigantes (hace velocidad: supergigante y descenso). A Sochi llegaré en buen momento, no sabría decirle si el mejor. Me siento bien, a gusto y daré el máximo.
—Los cuartos Juegos, ¿qué ha cambiado desde aquella chica que debutó en Salt Lake City 2002 con tan solo 20 años?
—Por aquel tiempo sólo hacía gigante y eslalon. Llegaba siendo demasiado joven y sin expectativas. Fue positivo (15ª) y una sorpresa. Sin embargo, no estaba al nivel actual. Ahora vivo los Juegos de otra forma. Sé que puedo estar luchando por una medalla. Te dices: ‘¡No es imposible!’. He evolucionado mucho y soy más fuerte en todos los sentidos. He crecido mucho en cuanto a fortaleza mental.
—La victoria en el descenso de Meribel (Francia) en 2013, ¿ha hecho que tenga menos respeto a nombres como Lindsey Vonn, Maze, Gut...?
—Está claro que sí. Fue una gran victoria. Yo siempre digo: ‘No es lo mismo soñar con ello, que realizarlo’. Respeto tienes por las rivales, pero el resultado no se sabe hasta que no llegan todas a la meta.
—¿Algún momento especialmente duro en su carrera?
—Hace dos temporadas estuve a punto de dejar los esquís. Veía que llevaba muchos años de trabajo y los resultados no salían. Se hizo todo cuesta arriba. Pero también fue un momento de reflexión. Me hizo ver las cosas con otra perspectiva y empecé a mirar el esquí de otra manera. Con vista, creo que eso me ayudó en haber tenido un año pasado tan bueno. Hay veces que parece que tienes que tocar fondo para resurgir.
—Y ahora disfruta del esquí...
—Sí. No todos los días son fáciles, bonitos, soleados y espléndidos, pero no hay que olvidar que lo que hacemos es apasionante. Hay que quedarse con el global, no con días puntuales.
—Yendo a esas velocidades (más de 120 km/h), ¿se llega a pasar miedo con los esquís?
—A veces sí. No siempre, pero hay momentos en los que tienes respeto o miedo, porque no puedes decir que lo controlas todo y la situación te puede llegar a imponer un poco. Son momentos específicos, casos concretos... pero sí, pasas miedo.
—¿Hace falta estar hecho de una pasta especial?
—Hay que tener algo distinto. No sé qué es... Perder el respeto a la velocidad, no querer controlarlo todo... Los deportes de riesgo te dan una sensación, cuando superas un reto, que es la que te engancha.
—Nació en Chile, a las semanas se fue a Granada... Y cada año recorre Europa y América. Toda la vida viajando...
—Me gusta. A veces tienes ganas de estar más tranquila, pero sé que esto no durará toda la vida. Tengo que aprovechar porque a lo mejor el día de mañana estoy en una oficina.
—Y aprovecha para su otra gran pasión: la fotografía.
—Con los viajes, tengo la suerte de encontrar paisajes bonitos. Doy mis paseos, con mi cámara... y desconecto.
—Viaja con su técnico, Mark Tilston, el ski-man, y con el equipo francés...
—Mark llegó a un acuerdo con ellos. Voy como agregada. Me aprovecho de su infraestructura (entrenadores, fisio, médico) y ellos de nosotros. Pero soy yo la que más se beneficia.
—Es paisana de María José Rienda y su sucesora, ¿qué le dice de cara a los Juegos?
—Ella sabe lo que significa esto y me motiva. Nos conocemos desde niñas y es bonito compartir sensaciones de este mundo con alguien así.
—Volvemos a Sochi, ¿cómo saldrá Carolina del cajón?
—Una vez allí, no podremos inventar nada. Intentaremos que en la carrera pueda controlar lo que haga. Lo daré todo. Tengo claro que saldré a por medalla.