José Luis Mendoza en AS
“Mireia Belmonte pensó en dejarlo: ahora gana... y estudia”
José Luis Mendoza (Cartagena, 64 años) se ha convertido en el gran benefactor del deporte español a través de la Universidad Católica San Antonio de Murcia.
Con la crisis galopando, en el deporte se han ido cerrando muchas puertas en los últimos años. Pero también una importante se abrió. Grande, además, para los deportes con menos medios: la de la Universidad Católica San Antonio de Murcia.
La UCAM saltó al ruedo cuando Mireia Belmonte, que venía de ganar dos medallas de plata en Londres 2012, se encontraba sin equipo y desorientada. Sin licencia para competir. En marzo del 2013 anunció que la becaba. Desde entonces, la badalonesa no para: dos platas y un bronce en el Mundial, cuatro oros en el reciente Europeo de piscina corta, tres récords del mundo en pileta de 25 metros y un chorro de 26 medallas en la Copa del Mundo. Se puede decir que para ella José Luis Mendoza (64 años, Cartagena) fue un ángel. El presidente de la UCAM estuvo ayer en AS para contar por qué se han convertido en “la universidad del deporte”. Patrocina 20 equipos profesionales y ayuda ya a cuarenta olímpicos. Y sumando.
“Cuando vi en televisión a una Mireia en estado de depresión, a punto de dejarlo, le dije a mi director de Deportes (Pablo Rosique): ‘Localízala que la patrocino por completo’. No se podía consentir esto con una deportista que venía de ganar dos medallas olímpicas. Entonces estudiaba Administración y Dirección de Empresas. Le pregunté qué es lo que le motivaba y se ha matriculado con nosotros en Publicidad, porque le encanta la moda. Ahora obtiene resultados porque ha encontrado tranquilidad”, relata Mendoza.
Estudios. La nadadora y el Sabadell, su anterior club, tensaron la cuerda y la situación se precipitó. “Me dio pena el comportamiento del Sabadell y su presidente (Miguel Torres), porque en el fondo creo que subyacía la presión que querían ejercer sobre el Consejo Superior de Deportes por la situación económica delicada que afrontaban (deuda con la Seguridad Social y ERE en marcha) y Mireia estaba de por medio”, rememora el líder de la UCAM, que a Mireia le ha dicho lo mismo que al resto de deportistas: “O estudias, o adiós… Pero lo está haciendo, trabaja con una plataforma online y tiene dos tutores sobre ella”.
El Comité Olímpico Español es el mejor socio de la UCAM, y por eso Alejandro Blanco quiso arropar a Mendoza en AS. “Se ha hecho una apuesta fuerte para ayudar a los deportistas, pero la condición es que estudien. No puede ser que acaben su trayectoria deportiva sin una formación porque luego vienen los desastres”, explica el presidente del COE, que ha ayudado a resolver también situaciones difíciles como la del doble medallista olímpico Balita Lozano, actual seleccionador de boxeo que sufrió en Córdoba las promesas incumplidas de los políticos, vivió una situación personal extrema y ahora ha conseguido superar el curso de acceso a la universidad.
Primas. “El COE conoce la realidad de cada uno y por eso canalizamos las becas a través de ellos. A todos les damos una ayuda económica de miles de euros, les pagamos los estudios y les ofrecemos primas muy altas por resultados. Al finalizar su carrera, queremos también darles un trabajo. E incluso quiero ayudar a los que lo dieron todo por España y ahora nadie se acuerda de ellos”, añade José Luis Mendoza.
“Esta es una universidad inspirada en la fuerza del amor desinteresado”, recita como un torrente Mendoza, que la fundó en 1996 con su patrimonio personal y ahora cuenta con 15.800 alumnos y 1.900 trabajadores en nómina. “Destinamos varios millones de euros al año al deporte”, revela sin dar cifras concretas. El dinero sale de las matrículas, que se jacta que son de las más bajas de España (entre 2.500 y 5.000 euros). Sin más. “La iglesia no me ayuda, yo ayudo a la iglesia”, cuenta quien hace sustanciosas donaciones al Vaticano.
“La UCAM está constituida como una fundación sin ánimo de lucro, por lo que no reparte beneficios. Estos van al deporte y a más de cuarenta organizaciones (Cáritas, Manos Unidas, misiones, casas de acogida…). De acuerdo con mis hijos, yo y mi mujer ya hemos decidido donarlo todo a los más pobres”, anuncia.
La inspiración católica del proyecto marca los pasos de Mendoza, padre de 14 hijos. Comenzó con una clínica de rehabilitación en 1979 y, como no encontraba profesionales titulados y logopedas para tratar casos de parálisis cerebral, desembocó en el mundo de la educación. Pasó por la Complutense de Madrid y cuando en 1985 el Papa pidió valientes para evangelizar países pobres se fue voluntario con su mujer por el Camino Neocatecumenal.
Mosquitos. “En la República Dominicana dormíamos en el suelo y los mosquitos se comían a mis niños”, recuerda. Vino ya de allí con once retoños y se lió la manta a la cabeza para levantar la UCAM. “Al ser el primer laico en fundar una universidad católica, me enfrenté a problemas, porque me decían que no podía ir por libre… Tuve que luchar contra muchos grupos de poder”.
Juan Pablo II le nombró Consultor para la Familia, Benedicto XVI estuvo en su casa de Murcia y con el Papa Francisco se ha permitido incluso alguna broma en Santa Marta, la residencia vaticana. “Él es seguidor de San Lorenzo de Almagro, que viste de azulgrana, y yo soy muy madridista, así que me atreví a bromear con él con el asunto de la camiseta”, cuenta divertido.
La UCAM patrocina un equipo de ACB, otro de fútbol en Tercera, rugby, tenis de mesa... Así hasta veinte. En cuanto a deportistas individuales, David Cal, Melani Costa, Duane da Rocha, Paco Cubelos, Sete Benavides, Brigitte Yagüe, Miguel Ángel López, Benjamín Sánchez... “¿Por qué pudiendo hacer el bien no lo vamos a hacer?”, cuestiona el presidente de la UCAM, a quien se le ilumina la sonrisa al recordar a la nadadora Melani Costa “emocionada”. “Se dirigió a mí para darme las gracias: lleva tres años estudiando (fisioterapia), puede tener intimidad y vivir en un apartamento...”, dice.
Seguridad Social. “Me chocó cuando llegamos al fútbol (el equipo estaba en Segunda B y juega en Sangonera, aunque se trasladará a Murcia capital) que los futbolistas no tenían ni Seguridad Social. Hubo un par de ellos que se me echaron a llorar cuando comprobaron que les habíamos dado de alta y además cobraban a primeros de mes”, apunta. En el fútbol, Mendoza también vio acercarse la tentación cuando hubo gente que le propuso primar a un equipo para que ganara a un rival directo en la lucha por la permanencia. Pero la espantó: “Esos manejos corrompen el deporte y a las personas. Preferí bajar a hacerlo”. Y bajaron.
En la UCAM, Mendoza ha unido su pasión por la ayuda a los demás con el deporte, que le deslumbra desde cuando tenía diez años y vio jugar al Real Madrid de Di Stéfano, Puskas y Gento en Cartagena. Ese chaval que corría los cien y coleccionaba las biografías de grandes deportistas que Fernando Vadillo retrataba en AS. El mismo que no se perdía un combate de boxeo. En diciembre, más olímpicos se unirán a la UCAM, un mecenas que apareció cuando más se le necesitaba.