Mireia silencia Herning

La afición danesa se levantó de sus asientos y aplaudió cuando Lotte Friis asomó por el túnel de salida. A continuación, apareció Mireia Belmonte, inmersa en su reggaeton, ajena al estruendo que levantó a su paso la heroína local. Su currículum en los 800 libre daba miedo: oro en el Mundial de Roma, en 2009; plata en Barcelona, hace cuatro meses; y bronce en los Juegos de Londres, donde un tiburón llamado Belmonte le arrebató la plata. Y, ayer, ese tiburón no se dejó intimidar y volvió a morder un metal superior en los Europeos de corta de Herning (Dinamarca).

Friis salió decidida, nadando por debajo del récord del mundo los primeros 200 metros (1:57.89). La misma táctica que empleó en Barcelona, cuando sus duelos con Katie Ledecky depararon dos apasionantes finales en los 1.500 y los 800. Pero se topó con una calculadora Mireia, más en forma que por entonces, insaciable, que la contuvo a dos segundos hasta que logró atraparla a los 550 metros. Mireia ha ganado experiencia en las competiciones y seguridad en sí misma. No siguió el ritmo de Friis y se limitó a nadar en parciales de 30 segundos cada 50 metros, lo que al final le llevaría a marcar un tiempo aproximado de ocho minutos. La nadadora de la UCAM hizo 8:05.18, menos de seis segundos del récord del mundo que batió en agosto en Berlín. Friis llegó segunda (8:08.68) y cuando salió del agua el estruendo se había convertido en silencio. La joven María Vilas fue décima (8:25.86).

El oro de ayer, que le entregó Fernando Carpena, presidente de la RFEN y miembro de la FINA, es el segundo de la badalonesa. Es la nadadora femenina que lleva más triunfos junto a la rusa Yuliya Efimova, que ayer, además, batió el récord del mundo en los 200 braza (2:14.39), dejando ya en el olvido a la gran Rebecca Soni. La rusa, además, lo hizo desbancando a otra heroína local, Rikke Pedersen. Aún le quedan los 100 braza a Efimova. La española Jessica Vall también participó en esta final y acabó en el sexto lugar, batiendo su mejor marca personal (2:23.21).