No habrá villa para los atletas y el estadio será desmontable

El estadio donde se celebrarán las ceremonias de inauguración y clausura y el atletismo de los Juegos Mediterráneos de Tarragona 2017 será desmontable. Estará encuadrado en la Anilla Mediterránea que se ubicará en el barrio de Campclar y tanto el graderío como el tartán serán provisionales. Tendrá capacidad para 15.000 espectadores y, cuando acaben los Juegos, la instalación se convertirá en un campo de rugby y fútbol.

Dicha Anilla se empezará a construir a partir de 2015 y tendrá un Palacio de Deportes, una piscina olímpica de 50 metros descubierta (hecha a partir de la piscina actual de 25 metros) y se remodelarán el velódromo y la pista de atletismo. “Siempre hemos trabajado para garantizar que las nuevas instalaciones deportivas sean sostenibles y apostamos por la reutilización”, dice Javier Villamayor, teniente alcalde de Tarragona. El presupuesto para la Anilla es de 50 millones de euros (el total de los Juegos comenzó siendo de 287 millones y ahora es la mitad), de los que se espera que el 75% llegue de inversión privada, ya que las empresas que participen tendrán beneficios fiscales.

Otra novedad es que no habrá Villa Mediterránea para atletas. Se estudió hacerla en la Tabacalera, pero los deportistas irán a hoteles de Salou, una ciudad con gran capacidad hotelera (80.000 plazas y se estima que hagan falta 2.500).

Los Juegos Mediterráneos se celebran cada cuatro años y su supervivencia está amenazada por los Juegos Europeos, que empezarán en 2015.