La Selección femenina consiguió hacerse con su primer Mundial

El waterpolo español disputó en los Mundiales de Barcelona 2013 su sexta final, la primera en categoría femenina. Como ocurriese con el equipo masculino en la década de los 90, será la primera de muchas para una generación de oro, plata en Londres y con una media de edad de 22 años. Es imposible no trazar paralelismos entre el grupo entrenado por Miki Oca y aquel en el que el actual técnico era jugador, bajo las órdenes de Dragan Matutinovic y Joan Jané. La eclosión de las chicas se produjo al conquistar el Mundial júnior en Trieste (Italia) en 2011, y el de los chicos, 20 años antes, en Los Ángeles (Estados Unidos).

Inspiradas en aquellos años dorados, con una mentalidad ganadora, España se lanzó a la pileta Bernat Picornell a por el oro. Sin complejos, con el crucial apoyo de las casi 5.000 personas que les animaron, las jugadoras de Oca derrotaron a Australia, bronce en los últimos Juegos, campeona del mundo en 1986, por un trabajado­ y solvente 8-6.

La Selección ha demostrado en sus últimas competiciones que es capaz de manejarse en cualquier escenario de máximo nivel, y su con­vicción le condujo a una histórica victoria mundialista. El equipo español tiene múltiples recursos en ataque, y cimenta sus éxitos en una sólida defensa. No les tiembla el pulso a las Pareja (la más veterana y capitana), Espar y Laura López desde la zona exterior, y por dentro Andrea Blas se une a la supremacía de Maica a la hora de sacar exclusiones. Laura Ester dispone de un auténtico cerrojo en su portería. Las Guerreras del waterpolo se han convertido en un grupo llamado a marcar una época dentro del deporte español.