La Selección de balonmano ganó su segundo Mundial en 2013

No fue la gloria, fue el éxtasis. No fue el oro solamente, fue la manera de ganarlo. No fue un triunfo más; fue la victoria ante un rival, Dinamarca, que llevaba camino de convertirse en la bestia negra de España. Casi como la otra vez, cuando hace ocho años la Selección ganó a Croacia en aquella final histórica del primer Mundial”. De esta forma tan emotiva arrancaba la crónica de AS el día de la consecución del segundo título mundialista para el palmarésdel balonmano nacional, el pasado 27 de enero en un abarrotado Palau Sant Jordi.

“Será difícil que lo podamos hacer mejor algún día. Es demasiado bonito para ser realidad. Parece increíble haber vencido de esta manera, se trata de un sueño”, así describió el técnico, Valero Rivera, la obra que diseñó en la pizarra y que sus jugadores ejecutaron con maestría en la cancha. En un detalle que ejemplificó el compromiso de Los Hispanos, los lesionados Hombrados, Ugalde y Raúl Entrerríos se sumaron a la ceremonia del podio: la unión del grupo estaba por encima de todo, y todos remaron en la misma dirección hasta lograr su meta, la medalla de oro.

La primera mitad frente a los daneses fue memorable. Para guardarla y repasarla cada vez que un afi cionado español quiera darse una alegría. Inimaginable que en media hora se sacaran ocho goles de renta. En la segunda, Valero utilizó a todos sus hombres para que firmasen la medalla de oro y un éxito para el recuerdo, porque hasta entonces la máxima ventaja en una fi nal de un Mundial era de diez goles, en 1958 (22-12, de Suecia sobre Checoslovaquia). Desde el 35-19 a Dinamarca, los libros recogerán que España tiene la diferencia récord.