Boxeo
Manny Pacquiao, golpes contra la depresión de Filipinas
El diablo cambió California por General Santos, donde nació, para preparar su combate del sábado con Brandon Ríos. Entre tanto, el tifón Haiyan golpeó a su país.
Muhammad Ali corría por las calles de Kinshasa en 1974 entre gritos de los suyos (“¡Ali, boma ye!”) mientras pensaba en George Foreman y en dar felicidad a esa gente. Con esa misma sonrisa en la boca, Manny Pacquiao recorrió las calles de General Santos, su ciudad natal, para preparar el combate que le enfrentará la madrugada del sábado al domingo (05:00) en Macao a Brandon Ríos. El diablo tagalo dejaba California y volvía a sus raíces después de dos derrotas seguidas: una injusta frente Tim Bradley y otra tras sufrir un KO angustioso hace once meses con Juan Manuel Márquez.
Corrió y golpeó feliz el saco Pacquiao hasta que Haiyan golpeó Filipinas en forma de un KO mucho más macabro. A casi 600 kilómetros de General Santos, el supertifón arrasó el sur y dejó entre 10.000 y 3.000 muertos, según se acuda a fuentes de las ONG o del gobierno de Benigno Aquino.
PacMan, semidios en Filipinas y poseedor de un escaño de diputado, vivió la angustia de su pueblo y ahora quiere dedicarles el título internacional welter de la OMB (inferior al Mundial) que se juega frente al estadounidense Bam Bam Ríos. “La fuerza de mi país y mi pueblo recorre ahora mi cuerpo. Voy a luchar por su gloria, no por la mía”, declaró el filipino nada más pisar Macao el martes.
El tifón arrasó varias zonas del país el día 10 y hubo voces que reclamaron que, en su condición de diputado, dejara su preparación para atender las necesidades de la gente. No lo hizo. “Quiero visitar la zona afectada y hacer todo lo que pueda para ayudar a los nuestros tras esta tragedia terrible, pero no puedo ir porque estoy en la fase crucial de la preparación”, se justificó. “Enviaré ayuda a los que más lo necesitan”, añadió, y anunció que acudirá a las zonas del desastre pero con el cinturón en la mano.
Una pildorita de felicidad que sólo puede conseguir un boxeador que provoca treguas entre la guerrilla y hace que la delincuencia descienda a mínimos cuando boxea. Todo el país está delante de la televisión.
“Hemos hablado de lo que sucedió durante el entrenamiento y, obviamente, es una distracción porque Manny está muy preocupado por los suyos”, confirmó Freddie Roach, su preparador.
Pacquiao, uno de los deportistas mejor pagados del mundo, es un ejemplo para sus compatriotas: de vender dulces por las calles para huir de las palizas de su padre, llegó a proclamarse campeón mundial en seis divisiones diferentes. Tras dos derrotas (“no pienso en ello, son parte del boxeo, y tampoco en la retirada”), lucha por recuperar su estrella con 34 años y un récord de 54 victorias, 5 derrotas y dos nulos.
Enfrente, tendrá a Ríos, 27 años y un registro de 31-1-1. Y a sus espaldas la ilusión de todo un pueblo, Filipinas. Golpes a cambio de sonrisas.