Dopaje

Oral-Turinabol: vuelven las ‘alubias azules’ de la RDA

Con este producto, se calcula que se dopó a unos 10.000 deportistas entre 1968 y 1989. Con ello, la Alemania del Este consiguió récords y 519 medallas olímpicas.

MÁQUINAS. El relevo 4x100 campeón de Europa en 1989. Katrin Krabbe (dcha.) era una de las estrellas.
Jesús Mínguez
Nació en Guadalajara en 1973. Licenciado en Periodismo por la Complutense. En AS desde el año 2000, es redactor jefe de Más Deporte. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos y unos Paralímpicos, Grand Slams de tenis, Davis, Laureus, candidaturas olímpicas, política, dopaje o grandes combates de boxeo. Le gusta escribir de deporte y también practicarlo.
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Con esteroides de síntesis circulando, tanto el estanozolol como el Oral-Turinabol son para los expertos productos “muy vistos”. Algo así como un ‘dopaje de pobres’ porque acceder a ellos es sencillo y no son frecuentes los positivos en países como Estados Unidos o de la Europa occidental.

El Oral-Turinabol, por ejemplo, es tan viejo que fue la base del programa de dopaje de la antigua República Democrática Alemana. Con las conocidas como alubias azules, se calcula que se dopó a unos 10.000 deportistas entre 1968 y 1989. Con ello, la Alemania del Este consiguió récords y 519 medallas olímpicas. Los daños a la salud también alcanzaron proporciones monstruosas que se han conocido después

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El esteroide anabolizante, envuelto en cápsulas azules, se desarrolló en el laboratorio de Kreischa, cerca de Dresde, y lo puso en el mercado de forma masiva la farmacéutica Jenapharm.

Giselher Spitzer, un investigador de la Universidad de Humboldt, realizó un estudio entre exdeportistas y los datos fueron escalofriantes: una cuarta parte había desarrollado cáncer, casi el total sufría daños óseos, la mitad de las mujeres enfermedades ginecológicas y entre estas era común el cambio de fisonomía, con la aparición de vello en el rostro y el pecho. Por poner un ejemplo, la administración de esteroides andrógenos, en realidad hormonas masculinas, provocaron que Heidi Krieger, ex campeona de Europa de peso, decidiera en 1988 cambiar de sexo y adoptar el nombre de Andreas después de sufrir un auténtico calvario. Son los efectos de las alubias azules. Peligrosas, como el estanozolol de Ben John­son. Dos viejos conocidos que vuelven.

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