Triatlón
Gómez Noya: "Los Brownlee me han obligado a ser mejor"
Recibió ayer en Madrid la medalla de oro de la Real Orden del Mérito Deportivo como reconocimiento a su carrera. En septiembre conquistó su tercer Mundial en Londres.
Ha recibido la medalla de oro al Mérito Deportivo. Es buen broche a la temporada.
—Es un orgullo que se valore mi trabajo y mi trayectoria deportiva. Y también es una motivación para seguir trabajando.
—A sus 30 años ha rematado la temporada con su tercer Mundial. ¿Fue el más difícil?
—Sí. Sobre todo por los rivales. Los Brownlee son los mejores triatletas que he visto jamás. Estoy muy contento de haberlos batido en su casa y al sprint, que no es mi especialidad.
—Su rivalidad con ellos será un referente de este deporte...
—Desde 2009 que Alistair irrumpió en la élite hemos estado ahí, peleando. (El mayor de los hermanos ha revolucionado el deporte saliendo a ritmos infernales en carrera). Sin ellos habría ganado más competiciones, pero es bueno para el deporte que estén y para mí es beneficioso porque me llevan a esforzarme más.
—Desde 2006 lleva en lo más alto, ¿sigue con la misma motivación?
—Me gusta entrenarme, viajar... Disfruto igual. Sigo motivado y quizás al tener mi palmarés compito con menos presión. Ya estoy pensando en lo próximo: en el Mundial, en el Europeo y en los Juegos de Río. Allí aspiro al oro. Es lo que falta para culminar mi palmarés.
—¿Cómo es un día de entrenamiento duro en su vida?
—Por ejemplo, por la mañana empiezo con cuatro o cinco kilómetros de natación. Después entre dos o tres horas en bicicleta. Comer, siesta casi obligatoria, y por la tarde a la pista a hacer series o cambios de ritmo corriendo. Siempre sumando entre 15 y 20 kilómetros.
—Con ese ritmo de vida, no le dará tiempo a casi nada.
—Te privas de muchas cosas. En épocas de entrenamiento duro te quitas casi de todo. Sólo te entrenas y duermes. Te obsesionas con no estar de pie muchas horas, en comer sano, nada con grasas para no ganar peso... No tienes tiempo, ni ganas. Cuanto más te cuidas y descansas, mejor.
—Pero algún lujo se permitirá de vez en cuando...
—Al ganar en Londres me fui con mi familia y unos amigos a tomar unas pizzas, muy buenas, y una cerveza. También he estado en Cozumel (México) haciendo un curso de buceo... Y he aprovechado para tocar la guitarra... Mi otra gran pasión. A veces hay que desconectar.
—Le han visto tocando en alguna sala de Madrid...
—Sí, mi hermano me invitó a tocar con su grupo (Vest) e hice dos versiones, una de AC/DC y otra de los Rolling Stones. La música es una parte importante de mi vida y la utilizo para motivarme. Desde Elvis Presley a Metallica. Si alguien se anima por Pontevedra a montar un grupo que avise (entre risas).
—Siendo tan bueno en las tres disciplinas, ¿podría haberse dedicado a una específica?
—Las tres me gustan. Quizás donde más posibilidades tendría sería en ciclismo y atletismo. Creo que al nivel que he llegado como triatleta no podría haber estado. Si me gusta esto es por practicar los tres.
—¿Y no piensa en el Ironman como su paisano Iván Raña?
—He hecho un media distancia para probar y creo que se ajusta a mí. Pero hasta Río, sólo pienso en distancia olímpica.
—¿Y qué me dice del panorama en España?
—Hay casos de figuras concretas, como Raña, Mola, Alarza... pero falta masa. Es un deporte pequeño, que está creciendo.