MARATÓN DE NEW YORK
Blindaje de seguridad para el maratón de Nueva York
Se quieren evitar sorpresas siete meses después del atentado con dos bombas que causó tres muertos e hirió a otros 260 espectadores en la carrera de Boston.
Los organizadores de la maratón de Nueva York y la policía neoyorquina han reforzado las medidas de seguridad a lo largo de la carrera y no permitirán bolsas de gran tamaño, mochilas y bolsos y someterán a corredores, voluntarios, familiares y espectadores a estrictas medidas de seguridad. El New York Road Runners, el grupo que organiza la maratón del 3 de noviembre alrededor de la ciudad, no quiere sorpresas siete meses después del atentado con dos bombas que causó tres muertos e hirió a otros 260 espectadores en la carrera de Boston.
En la salida en Staten Island, donde hay siempre mucha vigilancia debido a la cercanía con el Fuerte Wadsworth, habrá controles para los corredores que deberán limitar sus pertenencias a lo que puedan meter en una bolsa de plástico pequeña y transparente. Sus familiares que se acerquen a despedirles o los que les esperen al final de la prueba en la Quinta Avenida serán registrados y tendrán que pasar por controles de seguridad con barreras donde sus pertenencias serán examinadas.
Y entre el más de un millón de espectadores que llenen las calles de Brooklyn, Queens, el Bronx y Manhattan habrá cientos de policías uniformados y de paisano en previsión de cualquier incidencia.
"La maratón celebra la unión entre los espectadores, los vecinos, los voluntarios, los corredores y sus familiares y nadie acabará con ese espíritu. Pero debemos ser precavidos y tomar medidas para asegurar que nuestra carrera se celebra sin trastornos", ha declarado Mary Wittenberg, la presidenta del New York Road Runners.
Que el pasado año tuvo que suspender la carrera a consecuencia de los efectos del huracán Sandy que devastó amplias zonas de Staten Island, Queens y Manhattan y que dejó con las zapatillas listas y las ganas de correr a miles de maratonianos llegados de todos los lugares del mundo.
La organización no ha prohibido que los familiares de los participantes les puedan llevar ropa y teléfonos y cámaras fotográficas para celebrar su llegada al Central Park. Pero advierte que solo se permitirán objetos que puedan ser metidos en bolsas de plástico de pequeño tamaño y transparentes.
De los 48.000 corredores que se esperan este año habrá unos 21.000 que se apuntaron el pasado año y no pudieron correr. Y que llevarán unas pequeñas pulseras de color naranja para que los espectadores les identifiquen y les animen con más fuerza.