Hockey Patines
"¿Qué más hace falta para lograr el Príncipe de Asturias?"
Los campeones del mundo de hockey patines estuvieron de visita con la copa en AS. Llevan 16 Mundiales, récord, y nadie había conseguido encadenar cinco.
La orejona de Campeones del Mundo de hockey patines casi no cabía por la puerta de AS. Un tamaño acorde a la gesta: decimosexto Mundial para España, récord en este deporte y que supone el desempate en el duelo ibérico con Portugal. Unas asas también acordes al grandioso Mundial que montó Angola, donde pululan elefantes con orejas tan mayúsculas como las del trofeo.
Los chicos de Carmelo Paniagua (presidente de la Federación Española), Carlos Feriche (seleccionador desde el 2003) y Pedro Gil (gran capitán y seis veces campeón) llegaron a la redacción tras rendir visita a José Ignacio Wert en el ministerio de Educación, Cultura y Deporte, donde sacaron su tono reivindicativo. "¿Qué más hay que hacer para que nos den el Premio Príncipe de Asturias?", le preguntaron. Sólo una vez han estado nominados y reclaman su parcelita de gloria tras encadenar cinco Mundiales desde el año 2000, así como siete Europeos. El jueves cumplirán diez años imbatidos. Desde que Italia les derrotó en 2003, suman 60 victorias y un empate (con Holanda en 2004).
La Portugal que hizo grande Antonio Livramento como jugador y luego como entrenador ya queda atrás. "Ahora pueden dejar de mirarse el ombligo, porque ya no estamos empatados con ellos: lucimos 16 títulos", bromea el navarro Paniagua, al que los jugadores ya le han sacado el compromiso de recibir un MacBook como premio. "Un recuerdo bonito, porque no cobramos nada por estar en la Selección", recuerda Jepi Selva. "Somos profesionales con nuestros equipos, pero el panorama ha cambiado con la crisis. Los patrocinadores fallan y no hay que dejar de estudiar ni de pensar en trabajar", explican. No hay tregua. Jordi Bargalló y Toni Pérez no pudieron estar en AS. Volaron a A Coruña porque este fin de semana Liceo, Vendrell, Barcelona y Reus ya disputan la Supercopa.
Es la vuelta a la realidad tras un Mundial exótico que cerraron con el 4-3 a Argentina. "El pabellón de Luanda, que cambiaba de color como el Allianz Arena, tenía capacidad para 12.000 personas y habría 10.000 en la final. Teníamos dos policías infiltrados por seguridad y otros nos iban abriendo paso entre los atascos en una ciudad caótica", recuerda Enric Torner.
"Había enfrente un objetivo atrayente, el sueño del quinto Mundial seguido, algo que no han conseguido jugadores leyenda del hockey. Fue fácil motivarles", explica Feriche. Ahora piden otro premio, el Príncipe de Asturias.