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BOXEO

Fallece Ken Norton, el hombre que rompió la mandíbula a Ali

El estadounidense, ex campeón del mundo del peso pesado, versión CMB, falleció hoy a los 70 años. Ganó a Muhammad Ali en pleno esplendor de éste.

MadridActualizado a
Fallece Ken Norton, el hombre que rompió la mandíbula a Ali
Diario AS

Ken Norton, que falleció ayer a los 70 años en un hospital de Arizona por una insuficiencia cardiorrespiratoria, tiene su sitio en la mitología del boxeo porque su nombre siempre estará unido al de Muhammad Ali. De ‘El Más Grande’ se recuerda su actitud contestataria, sus títulos, sus guerras con Liston, Patterson, Frazier o Foreman y también que en toda su carrera besó en cuatro ocasiones la lona con Sonny Banks, Henry Cooper, ‘Smokin’ Frazier y Chuck Wepner y que sólo perdió en cinco ocasiones de las las 61 en las que subió a un ring: tres cuando su estrella se apagaba con Leon Spinks, Trevor Berbick y Larry Holmes y dos cuando su brillo cegaba: con Frazier en 1971… y con Ken Norton.

Participó en el film 'Mandingo'

Apodado El Hércules Negro por su imponente planta (1,93 m. y un alcance de 2,03), Norton alternó sus mejores años en el boxeo con el cine. Consiguió el papel estelar del esclavo negro, utilizado por los blancos para organizar luchas en las que apostar, de la película Mandingo, dirigida por Richard Fleischer en 1975 y en la que compartió cartel con James Mason. Una tremenda historia sobre la esclavitud y amores interraciales que ha ido ganando en popularidad con los años. Quentin Tarantino lo reconoce como una inspiración para Django desencadenado, su última película. En 1976 boxeó con Ali, pero también protagonizó Drum. Luego aparecería en unas veinte películas y también la serie de televisión El Equipo-A. Estuvo incluso a punto de participar en la saga de Rocky, pero no cristalizó. Aguantó en el ring hasta 1981. Su hijo Ken Norton jr., le dio muchas alegrías como jugador de los Cowboys y 49ers de la NFL.

Norton comenzó a boxear tarde, con 23 años, y en su vida no se retratan las penurias de otros campeones negros. Estudió en Jacksonville, destacó en fútbol americano y baloncestoy sólo fue cuando ingresó en los Marines cuando sintió el imán del cuadrilátero. El 31 de marzo de 1973, con el título norteamericano (NABF) en juego, Ali salió al ring del Sports Arena de San Diego con un batín blanco bordado, regalo de Elvis Presley, con la leyenda en la espalda ‘Campeón del Pueblo’. Hermoso e invencible. Lo que no esperaba es que los jab de izquierda y los upper de derecha del atlético Norton le iban a fracturar la mandíbula.

Repasando la transmisión de la ABC, mientras se espera el veredicto, se puede ver a Ali, exhausto y que nunca más luciría ese batín, peinándose orgulloso en su rincón y tocándose la dolorida quijada. Los jueces dictaron lo que el Arena mascullaba: victoria por decisión dividida de Norton, y luego el ingreso en un hospital para Ali, donde fue a visitarle el educado exmarine. Su mánager, Gene Kilroy, contó luego lo que ‘The Greatest’ le dijo: “Nunca más volveré a boxear contigo; pegas demasiado fuerte”.

Pero ‘business is business’ y seis meses después se cerró la revancha en el Forum de Inglewood, la antigua casa de los Lakers: ganó Ali a los puntos (también por la corona de la NABF). Y con cierta polémica. Había nacido un clásico que se repitió en 1976 en el Yankee Stadium de Nueva York. Se jugaban el título mundial y, tras 15 asaltos y por decisión unánime, lo retuvo el de Louisville.

La historia dice que Norton luego sería campeón mundial de los pesados del Consejo en 1978 (lo logró sin boxear, porque lo dejó vacante Spinks) y que luego lo perdió por decisión divida frente a Larry Holmes con un 15º round agónico y brutal que ambos aguantaron en pie. Pero lo que se recordará de Norton fue ese día que descubrió que la mandíbula de Ali no era de hormigón.