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Boxeo | La intrahistoria

'Money' Floyd Mayweather se siente muy bien protegido

Mayweather viaja con un equipo de guardaespaldas que son más grandes y pesados que los del Servicio Secreto que lleva Barack Obama.

Redic, detrás de Mayweather, vela por su seguridad.
AFP

Con la fuerza que tiene con sus puños podría pensarse que Floyd Mayweather es capaz de defenderse por sí mismo. Y, sin embargo, cree necesario que debe proteger su cuerpo de 1,73 metros de altura y 66 kilogramos de peso, su casa, su familia y su flota de 25 coches último modelo con un equipo de guardaespaldas que son más grandes y pesados que los del Servicio Secreto que lleva Barack Obama.

Son los hombres del TMT, The Money Team, un grupo de guardaespaldas que llaman la atención estos días por los hoteles de Las Vegas donde esta madrugada Mayweather se enfrentó a Saúl Canelo Alvarez.

Este equipo de hombres verdaderamente gigantes, que pesan un total de 669 kilos, lo componen Alfonso Redic, de 2,16 metros de altura y 198 kilogramos, y que es el encargado de estar más cerca del boxeador, siempre a su izquierda, formando una muralla que es imposible cruzar. A la derecha camina Adam Plant, 2,03 y 172 kilos, y detrás se dejan ver claramente Pat Walsh, 1,97 y 181 kilos y Donald Monks, el 'pequeñito' con 1,89 metros de altura y 118 kilos de peso.

Los cuatro operan con unas reglas que ha impuesto Mayweather de las que no deben olvidarse nunca bajo amenaza de despido inmediato y de dejar de disfrutar de la fama, los regalos y el dinero que les da el estar al lado de uno de los más extravagantes deportistas del momento.

Uno que puede llevar en un maletín de su coche un millón de dólares y repartir fajos de billetes en bares y restaurantes por los que mucha gente mataría. Y que en la pelea de anoche ante Canelo recibirá una bolsa de 41,5 millones de dólares.

Redic, conocido con el apodo de Big Church, Plant, Big A, Walsh, Big Pat y Monks, Jethro, solo hablan con su jefe cuando él les dirige primero la palabra; están a su disposición a todas las horas del día y de la noche todos los días del año; y no pueden trabajar para otros famosos deportistas, artistas de Hollywood y del mundo de la música.

Además están obligados a ser amables y correctos a pesar de que cada vez que están trabajando ponen cara de pocos amigos y parecen dispuestos a aplastar a cualquier persona que se acerca al boxeador.