El Barcelona gana la Supercopa con un hat-trick de Lozano

El F.C. Barcelona se ha proclamado campeón de la Supercopa de España, después de empatar hoy 5-5 con Pozo Murcia en el Palau Blaugrana. Con el 0-1 de la ida el global de la eliminatoria es de 6-5 para los de Marc Carmona. Es la primera vez que los culés ganan este título, el único que les faltaba a nivel nacional.

El partido comenzó de forma fulgurante, con un gol de Wilde en el segundo 18 que adelantaba a los de casa. El brasileño recibió la bola, se dio la vuelta y batió a Rafa por bajo. Un duro golpe para los murcianos nada más empezar. Pero lejos de venirse abajo, los de Duda reaccionaron rápido y empataron el partido a los dos minutos, con un gol de Adri de falta. Pero poco le duro la alegría a los visitantes. En la siguiente jugada, Wilde robó el balón y se lo cedió a Aicardo para que marcase a puerta vacía. Y con este gol empezó el vendaval azulgrana, concretamente el de Lozano, que hizo un hattrick en cinco minutos, dejando el marcador en un 5-1 que dejaba prácticamente sentenciada la Supercopa. Pero a dos minutos de finalizar el primer tiempo, una pérdida de Aicardo permitió a Alex salir a la contra y regalar el balón a Juanpi, que superó a Sedano.

Pese al gol murciano, la cosa pintaba bien para el Barcelona, que arrancó la segunda parte igual que terminó la primera, dominando y creando oportunidades. Aun así el que marcó fue el Pozo Murcia, gracias a una contra que Suazo terminó con calidad, alojando el esférico en la escuadra de Sedano. El gol dio nuevos aires a los murcianos, que subieron sus líneas para dificultar el juego blaugrana. El partido entró en una ligera tregua, hasta que a falta de seis minutos Bebe puso el 5-4 en el marcador y toda la emoción del mundo. Los de Carmona acusaron el golpe y el Pozo se hizo dominador de la situación. Con portero jugador, los murcianos arrinconaron a los culés, que sufrían para no encajar gol. Faltaban dos minutos y los visitantes necesitaban dos goles para forzar la prórroga. En el 39 Alex aprovechó un rechace para poner las tablas en el marcador: 5-5. Restaba un minuto y no podía haber más emoción. Pero la expulsión de Kike, por una dudosa falta y las posteriores protestas, allanó el camino del Barcelona, que alzó la Supercopa.