MADRID 2020
Madrid, eliminada a la primera; Tokio albergará los Juegos 2020
Madrid y Estambul empataron con 26 votos en la primera votación y los turcos ganaron el desempate por 49 a 45. Tokio se impuso después en la votación final (60-36).
Tokio hizo honor a su condición de favorita y organizará los Juegos Olímpicos de 2020 tras imponerse a Estambul en la votación definitiva por 60 a 36. Contra todo pronóstico, Madrid cayó en la primera votación. Tras quedar empatada con Estambul en el primer escrutinio, con sólo 26 votos (Tokio recibió 42), se pasó a realizar una segunda votación en la que la ciudad turca superó a la española por 49 votos a 45.
Al final, Madrid 2020 también resultó una pesadilla. Poco después de las nueve de la noche, Jaques Rogge, presidente del COI, anunció en el salón Buen Ayre del hotel Hilton Puerto Madero de Buenos Aires que Madrid había sido eliminada. En la primera votación, Tokio, finalmente ganador, avanzó hasta la final. Necesitaba un rival que saldría de resolver el empate en primera ronda entre Estambul y Madrid. La candidatura española cayó por 49-45. Un mazazo difícilmente digerible para la delegación española. Por tercera vez, como en Singapur y Copenhague, Madrid cayó. Esta vez fue peor. En primera ronda, el peor de los escenarios posibles y en ningún caso calculado.
Buenos Aires se despertó bajo los efectos de la tormenta de Santa Rosa. No era el mejor escenario para empezar el día, que arrancó muy frío, con una presentación de Estambul que tuvo de todo menos lo que se esperaba: magia. Al contrario,hubo un discurso sobrio. Se reforzaron los mensajes de multiculturalidad, de potentísima inversión. Recep Tayyip Erdogan, primer ministro turco añadió uno: “Vengo a transmitir un mensaje de paz”. La presentación de Estambul alivió a Madrid, que se consideraba muy por delante en la carrera y que tenía la sensación de que había jugado bien sus cartas para enfrentarse a Tokio, gran rival que estuvo excelente en su presentación. Divertido, dinámico, destacando su proyecto compacto y con un respaldo financiero fortísimo, añadió además el toque sentimental.
Samaranch estuvo convincente en la presentación de España. O eso pareció. Todo transcurrió con normalidad hasta que, como si fuera una premonición, la señal del circuito interno de televisión desapareció. El mundo no pudo ver, precisamente, de lo que más quería presumir España: una candidatura de deportistas. Así que mientras rayos y truenos caían sobre Buenos Aires, la presentación de Gasol quedó a ciegas. La señal regresó para ver finalizar al Príncipe, que reincidió, tal vez en un discurso más largo de lo normal, en su mensaje de Lausana. Al “soy olímpico” le añadió ciertos matices. Algo daba mala espina, pero el escenario iba a empeorar muy poco después. Con los miembros de la candidatura centrados en defender Madrid 2020 como un proyecto económico viable, el turno de preguntas reservó una desagradable sorpresa a Madrid: la Operación Puerto, otra vez latente. Las malditas bolsas de sangre nunca entregadas. Alejandro Blanco intentó incidir en la explicación más creíble de la candidatura: la nueva Ley Antidopaje, España como sexto país que más controles realiza… Pero el asunto de las bolsas de sangre seguía sin resolverse. Y no se resolvió. Así que cuando Madrid 2020 salió del salón Pacífico para comparecer en rueda de prensa, la sensación no fue completamente redonda. Había cabos sin atar. Durante las dos horas de receso, la candidatura intentó mandar mensajes de calma pero había cierto vértigo. Japón había salido en cabeza de la carrera.
Lo que no podía esperar Madrid en ningún caso es que cuando Jaques Rogge recibió el primer sobre de las votaciones, anunciase un empate entre Estambul y Madrid. Un par de minutos después, Madrid 2020 era la gran perdedora. Nunca jamás, en las dos anteriores elecciones, se había respirado tanta euforia. El “vamos a ganar”, con convicción, no había salido esta vez sólo del más optimista de los miembros de la candidatura. También de los más prudentes, también de la prensa extranjera. Incluso de los expertos en olimpismo. Tal vez, una vez más, nos dejamos llevar por la pasión. La misma pasión que intentaron transmitir pero que no fue suficiente. Lo que vino después fue sensación demasiado desalentador, con Alejandro Blanco llorando en la sala Calima el lugar estratégico que él mismo había conseguido para seducir a los miembros del COI. En caliente, resultó tan frustrante que fue difícil explicarse cuánto pesaron esas bolsas de sangre o cuánto ese mensaje de austeridad que Madrid terminó convirtiendo en valor. Madrid ofreció un nuevo modelo de Juegos que el COI no cogió. La carrera olímpica de Madrid, tal vez, terminó por un buen tiempo en Buenos Aires.