Horas antes, durante la presentación de las candidaturas, el Príncipe Felipe había emocionado con un magnífico discurso que, finalmente, no sirvió para ganar:
“Aquí se encuentra el verdadero legado. En nuestra lengua común queremos felicitar a Buenos Aires por conseguir los Juegos de la Juventud en 2018. Enhorabuena. Algunas personas alrededor del mundo cuestionan el coste de los Juegos pero no veo esto como una amenaza para el olimpismo sino una oportunidad.
"El deporte es una inversión a largo plazo, se miden en generaciones. No en dólares. El deporte también proporciona algo más extraordinario, dignidad humana. Crea vínculos y respeto y eso explica también por qué esta candidatura es tan importante para mi país. España, después del 92, rebosó de orgullo. Les dije en Lausana la importancia de esta memoria no ha decaído. Allí me sentí afortunado. En Los Juegos estuve en la Villa Olímpica. Eso me enseñó a practicar buscando la gloria, la celebración de unos y otros".