Madrid siente que esta vez le tocan los Juegos Olímpicos

Sólo cuando Jacques Rogge, presidente ya casi saliente del COI, abra el sobre de los aros olímpicos sabremos si esta larga carrera de diez años, tres candidaturas y cientos de personas ha tenido sentido. Rogge dirá el nombre de la ciudad organizadora de los Juegos Olímpicos de 2020 a las 22:30. Madrid recibirá la noticia en la Puerta de Alcalá, corazón y logo de esta ilusión. La capital quiere estos Juegos que están en manos de 95 votos del COI. De sus 104 miembros, tres han renunciado, otros cinco no pueden participar en la primera votación (los tres españoles, Juan Antonio Samaranch, Marisol Casado y José Perurena; y los representantes turco y japonés). Rogge se abstendrá. Esa votación se producirá entre las 20:45 y las 21:00. Si no hay mayoría absoluta, habrá un descarte y se votará por segunda vez. Entonces sí podrían votar los miembros de la candidatura eliminada. Una decisión serena o un acto reflejo para escoger entre Tokio, favorita aún en las casas de apuestas; Madrid, en carrera desde la presentación de Lausana, y Estambul, la candidata intrigante a la que los expertos descartan pero que vende la magia de los Juegos que unirán Europa y Asia.

Ayer, la atmósfera era contradictoria. La llegada del chárter el jueves prendió una llama de euforia. 180 personas, deportistas, dirigentes, empresarios o políticos con más o menos implicación, generaron ilusión. Detrás de las bambalinas, sin embargo, se estudió cada detalle de la última rueda de prensa oficial para no equivocar ningún mensaje.

El programa. Madrid, que presenta su proyecto a las 17:00 (en España) con Gasol y el Príncipe como líderes, se juega mucho. 3.500 millones de impacto económico, 175.000 puestos de trabajo y 800.000 visitantes adicionales que gastarían unos 600 millones. Cinco horas y media después, Madrid sabrá si, al fin, todo ha tenido sentido.