Madrid 2020
El Príncipe llega a Argentina para ganar: "Estoy confiado"
Alejandro Blanco le esperó a pie de pista y tomaron rumbo al Hilton para empezar los ensayos con Terrence Burns, el gurú de Atlanta que prepara los discursos.
A las 8.10 horas, Alejandro Blanco esperaba a pie de avión al Príncipe Felipe en el aeropuerto de Ezeiza. La imponente comitiva de seguridad le trasladó al hotel NH City Tower, a apenas cien metros de la Casa Rosada. Don Felipe podría haber optado por el Hilton, donde Alejandro Blanco y Ana Botella hacen lobby noche y día, pero prefirió hospedarse como uno más de la candidatura. El fin: que el COI interprete su decisión como una manera de vender marca España.
“Nadie tiene lo que nosotros. Le damos las gracias al Comité Olímpico Argentino por habernos ayudado a ello”. Quien habla en clave de logística es Alejandro Blanco. En apenas ciento cincuenta metros, Madrid 2020 ha diseñado un ‘fuego triangular’ para cazar a cada miembro del COI. Además del Hilton, desde donde trabajan Blanco, Botella, Zabell y Samaranch junior, Madrid 2020 ha reservado, a apenas una ‘cuadra’, una planta que dedicará exclusivamente a los ensayos. La joya de la corona, no obstante, está al final de la calle. Se llama Calima, quédense con el nombre, y es la sala-bar-restaurante-punto de encuentro donde Madrid 2020 espera agasajar a los miembros del COI y terminar de inclinar el voto. “Nuestra Casa de España”, la bautiza Blanco. Estambul y Tokio, bunkerizados en el lejano Sheraton, ya en la zona de Retiro, no cayeron en ese otro lobby tan necesario que Blanco ha instalado en Puerto Madero. Por ahí, Madrid 2020 cree que gana.
Así que lo primero que hizo el Príncipe Felipe nada más llegar a Buenos Aires fue cerciorarse de que todo estaba en orden allí, en la sala Calima. A su salida, pasea con Ana Botella mientras la jefatura de prensa de la Casa Real advierte: “No hay declaraciones”. Pero hay que preguntarle: “¿Optimista, Alteza?”. Vestido muy de sport, con vaqueros, chaqueta y sin quitarse las gafas de sol, responde lacónico: “Confiado”.
De 16:30 a 17:30 le esperaba Burns, el temible gurú de Atlanta que de momento permanece en la sombra y que es implacable con los ponentes. También con el Príncipe. Detrás de Don Felipe, Theresa Zabell. Risueña. “Estamos contentos”. Aún no han llegado miembros del COI a Buenos Aires. Apenas algunos candidatos a la presidencia, como el singapurés NG Ser Miang o Thomas Bach. “Estamos trabajando muy bien”, dice una autorizada fuente del Ayuntamiento. Pero claro, nadie se fía. Preguntan por Tokio, cuya candidatura parece abrumada por los problemas en Fukushima. O por Estambul, que anuncia una sorpresa para el jueves y que vende su originalidad Europa-Asia o su excitante pirámide de población (más de la mitad de turcos son menores de 25 años) como cartas que seducen al COI. Madrid cree que ha escogido el camino correcto y que tiene al mejor delantero centro de este partido: el Príncipe Felipe aterrizó en Buenos Aires para ganar los Juegos.