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Faltan 16 días

Alejandro Blanco: "Esto es el milagro de los panes y los peces"

Para Alejandro Blanco, la Operación Buenos Aires empieza hoy. El presidente del COE viaja a Río a por los últimos votos y de allí volará a Argentina.

ORGULLOSO. Alejandro Blanco posa en AS junto a una imagen del Príncipe, líder de Madrid 2020, del día que fue abanderado en el 92'.
Rafa Aparicio

Llega Alejandro Blanco a AS en un modesto coche en el que ya desde lejos se divisa el colorido logo de Madrid 2020. El utilitario es símbolo de la austeridad, en principio un obstáculo y finalmente uno de los grandes valores de la candidatura. A Blanco le acompaña, inseparable, el responsable de prensa, Manuel Cano. Pesan los kilómetros en el rostro del presidente del COE, jetlagizado después de un infernal viaje triangular (Quito-Nanjing-Moscú). "Duermo dos o tres horas.... Vamos, que no duermo", reconoce. Pero está activo y risueño. Optimista e irónico con Manolete, íntimo enemigo atlético (es público el apego al Real Madrid del presidente del COE), sube a la primera planta del edificio y es recibido en la redacción del diario por su director, Alfredo Relaño. AS le ha querido desear suerte antes de que deje Madrid y vuele a Sudamérica. Ya no volverá. Blanco acudirá al Mundial de Judo en Brasil ("todavía hay miembros del COI que visitar allí") y desde allí aterrizará en Buenos Aires, donde piensa hacerse fuerte y estar cinco días en pie si es necesario para seducir, uno a uno, a cada miembro del COI.

"Vamos bien", dice, y de esa posición prudente no se mueve mientras se acomoda y le llueven las preguntas de Manolete, Delmás, Trueba y Roncero sobre el estado de la cuestión. Pero a dos semanas de la decisión final, sí se empieza a sentir curiosidad. Quiénes son esos intrigantes miembros del COI, cuántos votos se mueven, cómo se gana a la primera, qué encuestas se manejan, qué grieta final quiere Madrid descubrir de otras candidaturas, qué as se guardan en la manga. "Ojalá llegase ya el día 7", admite casi abrumado Blanco, inquieto porque un acontecimiento incontrolable pueda dañar la posición de una candidatura que llega lanzada al sprint final en una posición que, tras las presentaciones de Lausana, recordó al éxito de Río antes de la final de Copenhague.

Estambul resulta imprevisible. En algunos corrillos del COI se da por hecho que mantiene un suelo de votos importante y que la singularidad de su candidatura (la mezcolanza oriente-occidente en el mundo olímpico) y su desproporcionado músculo económico pesa. Otra corriente, sin embargo, descarta a Turquía porque la consideran una candidatura aún inmadura y con serio riesgo de conflicto. Esa última tendencia deja todo en un mano a mano con Tokio, candidatura visiblemente preocupada por las últimas revelaciones sobre la fuga de agua radiactiva en Fukushima. Un proyecto rico, compacto y bello, pero que lucha contra los desastres naturales, la fuerza de las televisiones que no comulgan con sus horarios y la teoría de la rotación de continentes. Asia organizará Juegos en Nanjing (Asiáticos, 2014) y Pyonyang (Invierno, 2018).


De menos a más. Madrid, en cambio, llega con el aire de popa por el fabuloso discurso del Príncipe en Lausana ("yo también soy olímpico") y con la austeridad, esa que parecía una barrera, convertida en gran aval. "1.500 millones de euros entre Ayuntamiento, Comunidad y Gobierno durante siete años supone 50 millones al año de cada institución. Sus presupuestos demuestran que la inversión es más que asumible. Todo lo que pasase de esa inversión resultaría de la entrada de capital privado. No nos pasaremos ni un euro de lo que hemos dicho porque ese es un compromiso inviolable de la candidatura".

"Es que lo de Madrid 2020 es la multiplicación de los panes y los peces", se viene arriba  Alejandro Blanco. Mientras Estambul ha llegado a viajar con hasta 14 representantes, por ejemplo, al Congreso de los Comités Olímpicos Africanos en Costa de Marfil, Madrid ha contenido su presupuesto y ha repartido y multiplicado sin apenas recursos sus bazas estratégicas por el mundo. Theresa Zabell, como responsable de la Relaciones Internacionales de la candidatura, ha liderado la recta final, pero el secretario general, Víctor Sánchez, y nuestros miembros del COI (Juan Antonio Samaranch junior, Marisol Casado y José Perurena) han tocado las teclas necesarias este agosto para detectar que todavía hay un asunto que no está resuelto. "Durante la visita de los miembros del Comité de Evaluación y en Lausana resolvimos todas las dudas sobre nuestra economía. Sin embargo, hemos advertido este mes que vuelve a hablarse de economía, así que hay que revisar esa materia antes de examinarnos. Además nos viene bien porque los últimos indicadores económicos son positivos. Hablamos de cifras del paro que mejoran, de un turismo en crecimiento y de la prima de riesgo más baja de los últimos años y de los prometedores anuncios del Banco Central Europeo, que certifica la recuperación. ¡Queremos es que nos pregunten. Nuestra candidatura es la mejor!".

Desembarco. Hay que situarse ya en el escenario. El día 2 de septiembre, Alejandro Blanco ya llevará una semana en Buenos Aires. "Más no podemos hacer, pero creo que vamos a impresionar allí. Nos hemos preparado bien". No desvela detalles pero Madrid prepara un operativo resultado del aprendizaje de las experiencias de Singapur y Copenhague. Madrid espera ganar votos esos cinco días. El mismo día 2 aterrizará el Príncipe y comenzarán los ensayos generales. "Y el 7 es el día del partido. No puedo decir que vamos a ganar, prefiero decir que vamos segundos porque sería pecar de presuntuoso. Yo creo que vamos bien y que en Buenos Aires vamos a da un buen nivel, pero esto es como participar como deportista en unos Juegos. Me he podido entrenar bien durante cuatro años, pero no puedo alimentarme mal los últimos cinco días ni fallar el día de la competición".

Es difícil trasladarse a las 22:30 horas del día 7 de septiembre. Transportarse al hotel Hilton de Buenos Aires. Imaginar a la ciudad de Madrid reunida en la Puerta de Alcalá esperando escuchar la palabra mágica. "No sé si me quedaré blanco. Sólo sé que quiero oír Madrid y que lo celebremos. Con discreción, porque tampoco estamos para celebraciones. Pero que los españoles sepan que este es su triunfo".

Madrid impresionó en Lausana por sus argumentos, el papel del triunfo y un vídeo lleno de fuerza que enseña a Madrid como ciudad amigable, multirracial y apasionada para el deporte. En Buenos Aires espera otro vídeo "para caerse de espaldas" y un gran desembarco de deportistas. "Porque si en algo no pueden alcanzarnos Tokio y Estambul es en el nivel deportivo español". 

Blanco confirmó que, como avanzó AS, Gasol está muy cerca de dar el sí definitivo para estar en Buenos Aires: "Esperaremos hasta el último momento para poder confirmarlo porque quisiéramos que fuese la incógnita para todo el mundo". La conversación también deriva en asuntos profundos que pronto serán materia de debate: la ley de mecenazgo, el descenso de las partidas destinadas a las Federaciones y al deporte en general. "Hay que sentarse, requiere un debate profundo. Pero esperemos al día 7", reflexiona.

Cuando Alejandro Blanco se levanta de la mesa casi todos cruzan los dedos. Pero antes deja un mensaje optimista, que hace pensar que esta vez se han dado los pasos correctos. "Me he encontrado sorpresas muy agradables en los últimos viajes a Rusia y China". El dirigente deja caer que hay miembros del COI que han girado el sentido del voto. Que Madrid ha convencido y ha remontado el partido. "Nos hemos puesto las camisetas y las botas adecuadas para jugar este partido". Y hace suya esa frase de Rogge, presidente del COI hasta el 10 de septiembre, que tanto ilusiona: "Madrid ya está preparada para tener los Juegos". Es tu momento, Madrid.