Kiko Martínez: “Ya es hora de tener otro campeón del mundo”

Desde hace ocho semanas, cuando suena el despertador a las 04:30 de la madrugada para salir a correr, Kiko Martínez mira su móvil en Oxnard (California) y descuenta días. “Me da un subidón encontrarme mensajes de ánimo, ver el Twitter... Y pienso que si he vencido al entrenamiento y a la soledad, si ahora soy más fuerte de coco, medirme a Romero va a ser lo más fácil. ¡Ya es hora de que haya otro campeón del mundo!”, exclama el de Torrellano, una pedanía de Elche, por ese mismo móvil que le mantiene conectado a España.

Mañana (hacia las 03:30), en Atlantic City (Nueva Jersey), le llega su gran noche con 27 años (récord de 28-4-0) y tras haber sido cuatro veces campeón europeo. Intentará arrebatarle el cinturón mundial del supergallo, versión IBF, al colombiano Momo Romero, invicto en 23 pleitos con 26 años.

“Le he estudiado mucho, es alto (1,75, diez centímetros más que el español) y llega muy crecido, pero yo me veo más fuerte y con más experiencia”, analiza Kiko, que no lo tendrá fácil ante un púgil que declara boxear “por hambre” porque procede del conflictivo barrio de El Retiro de Cali y ha visto morir a tres de sus hermanos por la violencia de los pandilleros.

El púgil español, que asombró en sus inicios por su capacidad para recetar KO’s (20 contabiliza), fichó por MaravillaBox, la promotora del campeón del medio Sergio Martínez, y con ellos defendió y perdió el Europeo en Belfast frente a Carl Frampton y 10.000 norirlandeses. “Llevaba un año sin boxear y después lo pasé mal. Pero luego encajé las piezas del puzzle para saber qué había pasado. No fui el Kiko de siempre”. Ese apareció luego en Argentina para noquear a Damián Marchiano en El Fortín de Vélez.

Para preparar el Mundial, Maravilla decidió enviarle a California, donde tiene su base Pablo Sarmiento, el preparador del argentino afincado en España. “He guanteado con Javier El Abejón Fortuna y estar rodeado de gente así te hace subir el nivel. La preparación ha sido la misma que lleva Maravilla. Sólo tengo en mente ser campeón del mundo”, dice.

Kiko, el chico de Torrellano que mira atrás y se ve “currando en los invernaderos, en el zapato, la albañilería o en una empresa de catering”, quiere ser alguien en el boxeo.