ATLETISMO | MUNDIALES DE MOSCÚ
El relámpago Usain Bolt también vence a la tormenta
Ganó bajo la lluvia en un tiempo de 9.77, la mejor marca mundial del año. Es su octava medalla en unos Campeonatos Mundiales.
Bolt anuló la aceleración casi al mismo tiempo que se contracturaban sus rivales: Rodgers, Lemaitre, Ashmeade (que arrancó en 0,142, el más rápido), Bailey-Cole… y el propio Gatlin, que atrapó la plata en 9,85, también su marca del año.
Con cuatro jamaicanos entre los cinco primeros, todos menos Gatlin, el bronce se lo colgó Nesta Carter: 9,95. El celestial francés Lemaitre entró casi a la pata coja, séptimo en 10.06, por detrás del sinuoso y acalambrado Rodgers: 10.04. “Vi cómo Bolt y Gatlin se ralentizaban, pero yo no podía hacer más”, observó Rodgers. Carter criticaba las nuevas penas antidopaje que va a imponer la IAAF.
Por delante de todos ellos, el gran Relámpago de Trelawny danzaba y sonreía, dueño y señor de la lluvia metalizada de Luzhniki, Estadio Central Lenin. Es el segundo título mundial de 100 para Usain: cuarto en las cinco últimas grandes competiciones, incluidos Juegos Olímpicos. Aún le toca salir en 200 y en el 4x100, en busca de igualar el récord de diez medallas mundialistas en poder de Carl Lewis. Si el Relámpago Bolt desata y doma la lluvia de Moscú, nadie puede dudar de que será capaz de someter también la vieja leyenda de Lewis, aquel Hijo del Viento.