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JUAN ANTONIO SAMARANCH

"El Príncipe es clave, la mezcla perfecta de Messi y Cristiano"

Juan Antonio Samaranch Salisachs (1959) recibe a AS en su despacho de la calle Velázquez. Tiene oficinas en Madrid, Barcelona, Pekín y Nueva York. Es ingeniero.

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Juan Antonio Samarach.
Dani Sastre

Usted ha vivido esta carrera ya tres veces. ¿Dónde estamos ahora?

En el momento crucial. Como en los majors de golf, se trata de llegar posicionado al último día. No estamos por detrás de nadie. Tampoco por delante.

¿Realmente Lausana supuso el empujón que se vende?

Teníamos la certeza de que Madrid 2020 era un trabajo de calidad, pero fuera había dudas serias. La respuesta de la prensa internacional fue muy positiva allí.

¿Qué han hecho distinto, mejor, para que no pase lo de Singapur y Copenhague?

En 2012 estaba convencido de que íbamos bien y en 2016 también hasta el verano. Entonces Río ya era imparable. Pero esta vez no soy menos optimista que entonces.

Dice usted siempre que la insistencia es un valor: ayudó a Sydney, por ejemplo.

Y a Pyonyang, con los Juegos de Invierno. En el COI se valora saber perder como ha hecho Madrid, no salir dando un portazo como París. Sabemos que sólo hay una medalla, la de oro. Madrid ha vuelto a entrenarse y ahora está más fuerte que nunca.

¿En agosto se buscan votos o se consolidan los que hay?

No hay miembro del COI que no conozca este proyecto. El 90 por ciento del mismo, además, lo explicamos para 2016 y el 80 por ciento, para 2012. Uno por uno les diremos por qué lo queremos y por qué es bueno para el COI. Nadie se quedará sin saber por qué los Juegos deben ser nuestros.

Muchas citas, reuniones... ¿No es extraño que un proyecto deportivo tenga una elección tan política?

No seamos naif. La concesión de los Juegos trasciende el puro deporte. Seúl 1988 no era ni reconocido por la mitad del mundo. Pero, ojo, no es una cuestión política. Hay una Comisión de Evaluación que dice: señores, pueden organizar unos Juegos. Y a partir de ahí, el ADN del voto de cada miembro es desconocido. Para uno pesa un deporte, para otro la Villa Olímpica, para otro el aeropuerto...

Usted es miembro del COI. Votaría si Madrid cae a la primera. ¿Tiene claro su voto?

No. Y digo no porque va a ganar Madrid.

¿A qué nivel está decidido el primer voto?

Está muy, muy decidido. A un 80 por ciento. Pero, ¿qué pasa cuando un señor decide que va a votar a Estambul y queda eliminada? De pronto, 27 señores tienen que decidir y hay 20 que no saben qué van a votar. No hay nada. Ni te dicen cuántos votos tienen las que quedan ni te puedes levantar de la silla. A mí me pasó, decidir al segundo. Por eso las presentaciones de Buenos Aires son tan importantes. No te dan primeros votos, pero sí los segundos.

¿Cree en los bloques?

Ya casi no hay bloques geopolíticos. Para 2012 todavía existía una cola de las ex repúblicas soviéticas. Miren los votos de 2012. Cuando cae Moscú es cuando Madrid pega un subidón fuerte. Pero eso se ha perdido. Creo, eso sí, en la simpatía de América Latina, pero en Europa las sensibilidades son distintas.

Si alguna ciudad europea piensa lanzar una candidatura luego, no votará a Madrid...

Sería mentira decir que no. De manera que si hay alguna en Asia, puede tener la misma consideración. O en Oriente Medio. A veces tus amigos están a miles de kilómetros.

Ha habido jaleo político en España. ¿Afectará?

Mi termómetro es el Herald Tribune. Los miembros del COI viajamos más que una peonza y el periódico que hay que leer es ese. Si consigues salir ahí, malo. Aquí se le da cobertura a estos asuntos políticos, pero tampoco es lo que más interesa en Malaisia. Aquí llama la atención porque es lo nuestro. Pero la situación política en España no tiene una influencia tan grande. Otra cosa es que caiga un Gobierno.

¿Qué escala de valores tiene un miembro del COI?

No hay nada determinado. Estos libros (se acerca a coger el dossier de Tokio) leerlos con detalle no los leo, no creo que sea mi obligación. Bueno, estos sí los leo con fruición porque son mis rivales. Pero sé qué quiero buscar: el dinero que se van a gastar, la información de un fondo de reserva genérico de no sé qué Desde que soy miembro del COI estudio las candidaturas de otra manera diferente. El ADN del voto cambia.

¿Ganar en primera ronda es algo así como una quimera?

Si hay 101 o 102 votos necesitas 34 para no caer. No sabría decir quién va a caer en primera ronda. Soy optimista y creo que además somos una opción atractiva para captar segundos votos. Pero también lo creí las otras ocasiones...

¿Cómo ganó Barcelona?

Tenía 27 años, estaba trabajando en Nueva York. Me encantaría decir que tuve que ver, pero no hice nada. Eso sí, había reglas distintas, los miembros del COI podían visitar las ciudades cuando querían. Barcelona contaba con varios activos. Uno de ellos, la ciudad y la facilidad de enseñarla. Otro era que el presidente del COI era mi padre. La primera ventaja recayó en manos de mucha gente, pero sobre todo en Leopoldo Rodés que desinteresadamente les hizo sentir a los miembros del COI esa pasión: 27 años después de aquello, todos tienen una relación de amistad inquebrantable con él. Desde 2000, Salt Lake City, las normas impiden invitar a los miembros del COI.

¿Dice algo así como que se podían comprar voluntades?

Por favor, no. Si nos quedamos ahí, diría que por internet se pueden comprar voluntades. Mi posición sobre las visitas de los miembros del COI es ésta: había mucho desorden, pero eran indispensables. Hoy en día te desmayas con los proyectos virtuales pero hay que ver a las ciudades, hay que hacerse creíble. Y yo creo en Madrid por eso. Porque Tokio y Estambul son ciudades maravillosas pero la alegría de Madrid no la da nadie.

Estambul sería el primer país árabe en organizar unos Juegos y puente oriente-occidente. La maquinaria financiera de Tokio asusta. ¿No son nuestros valores, como la seguridad, más flojos?

Sé que en Tokio te dejas dinero en un taxi y te lo devuelven en el hotel, pero nosotros tenemos otras características. Madrid es extremadamente segura, por ejemplo,  pero tenemos otras cosas.

¿Qué prima?

Se han realizado inversiones extravagantes como los 50.000 millones de dólares de  Sochi para los Juegos de Invierno de 2014. En el mundo en el que estamos, no vamos sobrados  de ciudades candidatas. No podemos poner en las espaldas del movimiento olímpico esa carga: que sólo las ciudades que inviertan esas cantidades puedan organizar algo. Hay que mover neuronas, no dólares.

¿Cómo hacerlo?

Como hemos hecho. Que la plaza de toros sea Dome de baloncesto y hacer los Juegos por 2.000 millones y no por 20.000. Río, Sochi, Pyonyang... Es brutal. Estos Juegos en Madrid abrirían un nuevo mundo. Hay que demostrar que se pueden hacer unos Juegos sin poner el show en peligro, con la misma calidad de retransmisión. Madrid 2020 no serán unos Juegos de jugarse la vida. Serán compactos, centrados en el atleta, ecológicos. También lo serían en Estambul o Tokio. ¿Pero qué ofrezco yo para venir? Un nuevo modelo que permitirá que, después de 2020, 25 ciudades sean candidatas. Madrid no será dinero.

¿La austeridad hubiera sido la misma en otras condiciones de menos recesión?

Esta ciudad se ha desarrollado durante veinte años. Nosotros debemos hacer de la necesidad, virtud. No podemos hacer el Nido de Pekín ni su Cubo. Como somos más bien pobres, usemos la inteligencia.

Barcelona se transformó, Londres recuperó el East End. En Madrid la ciudad no cambiaría tanto. ¿Punto en contra?

Madrid se transformó antes. Los Juegos serán para los atletas, que ellos iluminen el mundo. El COI ha perseguido y ha fomentado la transformación de ciudades y Barcelona y Londres son ejemplos positivos. Pero Montreal y Atenas también fueron un desastre que todavía pagan.

Si a Madrid no le dieron los Juegos estando su padre y con aquel mensaje tan emocionante..., muchos dudan ahora.

Creo que la presencia de mi padre influyó para que ganase Barcelona, pero menos para 2012. El paso de presidente a presidente de honor es enorme. Pasas de tener poder a tener respeto. Miren las votaciones de 2016. En primera ronda hicimos más votos que en segunda. La muy dramática llamada de mi padre en la presentación hizo que muchos amigos se dijeran: no le hagamos quedar mal. Una vez pasado el corte, votaron lo que querían votar. Y miren. Mi padre no está pero Madrid 2020 es más para mis hijos que para mi padre. Nos estará mirando y nos empujará seguro. Y sí, preferiría tenerlo al lado.

Términos futboleros. Si tuviera que hacer un fichaje para la exposición en Buenos Aires, ¿quién sería?

Creo que el Príncipe Felipe es la combinación perfecta de Cristiano Ronaldo, Neymar y Messi. Perdonen que ponga a dos del Barça, es mi equipo. El Príncipe lo entiende, le apasiona, está comprometido. Y los partidos que jugó en Lausana fueron impecables. Lideró con pasión y profesionalidad. Se me pone la piel de gallina. Fue y es clave. Lo verán en Buenos Aires. No es un tema de protocolo, es que considera que los Juegos son importantes para este país. La persona a la que yo quisiera tener ya la tenemos. Es el Príncipe.

¿Que en Lausana estuviese Mariano Rajoy y no los jefes de Gobierno de Turquía y Japón puntúa a favor?

No, pero a quién no le gusta que venga. Si les digo que vamos a cenar y que va a venir el presidente de no sé qué Pues apetece. Un miembro del COI prefiere que le hagan sentir importante. Pero Obama vino y se fue con el rabo entre las piernas. Lo prefieres, pero no es obligación. El Príncipe viene por vocación. Lo fuerte de Lausana es que fue más allá de lo que representa. Fue impresionante. Con este buen proyecto, la sensatez que hemos puesto y un delantero centro así, habría muchas posibilidades.

¿Habría que parar si no sale Madrid elegida?

Creo que sí. Las tres veces, con toda la pasión y todo lo hecho... (hace un silencio). Yo creo que sí pero no lo sé. Diría déjalo..., no sé.

¿Cómo fueron las derrotas?

¡Diez tíos dándome el pésame a diario por la derrota en Copenhague! No sabía dónde meterme, no podía más. Pero luchamos. Y esta vez, ojalá, esto cambie.