NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

MONTAÑISMO

Dos discapacitados visuales, a la conquista del Muztagh Ata

Ricardo García y Óscar Domínguez se pueden convertir en los primeros montañeros invidentes españoles en subir a una cima de 7.546 metros.

Actualizado a
Varios componentes de la Ecuela Militar de la Montaña de Jaca junto a Óscar Domínguez y Ricardo García.

‘El padre de las montañas de hielo’ es la traducción en lengua local de Muztagh Ata, la 48ª cima más alta del mundo. Este gigante de 7.546 metros de altura y compuesto por dos cumbres es uno de los picos que más se tardó en coronar. Fue en 1956, cuando por primera vez y, tras varios intentos fallidos de varias expediciones, un grupo chino-soviético logró conquistarla. Una de las razones por las que más se hizo de rogar fue su ubicación. El Muztagh Ata se sitúa en el Himalaya chino, en el extremo occidental del país asiático y cerca de la frontera con Tayikistán.

Este verano, y 57 años más tarde desde esa primera ascensión completa, un grupo de la Escuela Militar de la Montaña de Jaca intentará subir a lo más alto de este gran coloso de la Ruta de la Seda. Lo más llamativo de este colectivo es su composición: lo formarán 7 personas, dos de ellas discapacitadas visuales. Ricardo García y Óscar Domínguez serán los protagonistas de esta aventura.

Ricardo García, con un 10% de visión, ha sido campeón de España de Carreras por Montaña y ha ascendido numerosas cimas por encima de los 4.000 metros. Óscar Domínguez, por su parte, es un invidente madrileño que forma parte de la selección aragonesa de paraescalada. Ambos han hollado el Toubkal (Marruecos), Gran Paradiso (Italia), Mont Blanc (Francia e Italia), Kilimanjaro (Tanzania) o seismiles como el Aconcagua (Argentina), entre otros. García, incluso ha llegado a la cumbre del Cho Oyu (China), de 7.200 metros.

Con la amplia experiencia que estos dos montañeros han ido obteniendo con sus anteriores subidas, están preparando este desafío. Sin embargo, García asegura que lo está haciendo “de manera similar” a cómo afrontó el Cho Oyu. “Siempre se va con las máximas garantías y se intenta preparar lo mejor que se puede”, apunta. “Hay que tener buena forma física y dormir en altura siempre que se pueda varios meses antes de la expedición para ir aclimatando el cuerpo. Una vez que se superan los 5.000 o 6.000 metros de altura se prepara igual”, añade Óscar.

Para que Domínguez y García puedan conseguir este nuevo logro y realizar la actividad de forma segura, contarán con dos guías cada uno, y otro auxiliar, que les ayudarán a compensar su falta de visión. “Son fundamentales. Son los que no indican por dónde tenemos que ir. Existen dos formas de avanzar: una con una barra direccional en la que un guía va delante y otro detrás y el ciego en medio, o bien se puede en ir en paralelo siempre que se esté avanzando por la nieve. Ellos son los que viendo el terreno y las situaciones específicas de cada jornada eligen una u otra”, afirma Domínguez. Ambos también resaltan la gran ayuda que supone el apoyo de los patrocinadores, como Movistar, sin el que no se podría “afrontar este tipo de expediciones”.

El programa de la expedición arrancará mañana desde Madrid. El día 4 volarán desde Pekín hasta Kasghar, y al día siguiente, a Subash, muy cerca del Muztagh. La subida al Campamento Base tendrá lugar el día 7, y hasta el 23 se alargará la aclimatación e instalación de tres campos de altura, para atacar finalmente la cima. El regreso se realizará siguiendo el mismo itinerario que la ida para llegar a España el día 28.

Si este grupo consiguiera este reto sería la primera vez que dos invidentes españoles llegan a la cima del Muztagh Ata, y la mayor altura alcanzada por montañeros de España. “Aunque es una cosa que me da un poco igual y en lo que no suelo pensar porque yo intento ir superando mis metas, pero sí que es verdad que motiva”, declara Ricardo.

Ilusión, motivación y ganas es de lo que van a llevar cargadas las mochilas estos dos incansables alpinistas que, aunque aún no saben cuál será su siguiente desafío, “siempre hay nuevos retos” que intentarán conseguir.