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Madrid 2020 | Rafa Pascual

"No sé si los Juegos harán falta en el año 2020, pero hoy sí"

Rafa Pascual es coordinador de deportes de Madrid 2020. Jugó 26 años al voleibol y vivió Barcelona 92 por dentro. Ahora explica esta candidatura desde aquella emoción.

Rafa Pascual.
J. A. Orihuela

Tal vez no haya mejor coordinador de la candidatura que alguien que vivió de lleno el boom de Barcelona.

Qué recuerdos. No pudimos ir al desfile porque jugábamos contra Canadá al día siguiente. Por entonces eso no se estilaba y no lo entendimos. Volaron sillas y nos enfadamos con Gilberto Herrera (seleccionador). Algunos hasta se vistieron y desfilaron por los apartamentos. Luego, cuando al día siguiente ganamos a Canadá en cinco sets, entendimos que no podríamos haber estado cuatro o cinco horas en pie. Fue maravilloso.

¿Cómo se desarrolló aquella gran historia?

Fueron casi 16 meses, una preparación durísima. Yo fui con 18 años, pero alguno con 32 dejó el sueldo que tenía en los clubes. Jugaba en el ONCE de Barcelona pero fue un sueño ir a la Blume y vivir con Pepote Ballester, Jesús Rollán, Garralda, Urdangarin, Albert Costa... Hubo gente que sacrificó su vida por los Juegos.

Para escribir un libro.

Una enciclopedia. Veía gente a las seis de la mañana con el bañador para ir a entrenarse. ¿Dónde vais? Nadaban, desayunaban, estudiaban, seguían nadando. Los Juegos no son 21 días. Lo tremendo es la preparación, es como la lista de bodas. Y los amigos que quedan para siempre. Nunca dejé de seguir la trayectoria de ninguno desde aquello.

Pero es que había un fin.

Sabes que vas a competir en unos Juegos, tus Juegos. Eso es lo que sería ilusionante de Madrid. Tendríamos siete años vista para llegar preparados. Eso sólo lo haces por los Juegos: jugar gratis, dejarlo todo, dejártelo todo.

¿Qué fue Barcelona en su carrera?

Hace poco estuve apadrinando una historia en la Universidad Pablo de Olavide en Sevilla y contaba que con 18 años me tocó el gordo: mi vida estuvo marcada por aquello.

¿Y la fama que alcanzó?

No es la fama, es la relación. Estar con Rafa Nadal en la Villa Olímpica y que sea uno más sólo pasa en unos Juegos. Ahí nadie es especial y todos lo son.

Insiste en la palabra unión. ¿Eso significaría Madrid?

Si yo fuera dueño de un bar de la calle Mayor y el 7 de septiembre se eligiese a Madrid, ya miraría al 2020. Y así todo. Está lejos, pero es nuestro futuro. Hace siete años estábamos de miedo, pero hoy no. Y tal vez en 2020 no necesitemos los Juegos pero ahora sí.

De coordinador de candidatura a coordinador de sede. ¿Cómo lo orientaría?

Me encantaría tener la oportunidad, que la gente lo viviera como lo viví yo e incluso con más tiempo, siete años. Y apoyarnos en cosas de Barcelona, sobre todo en la ilusión y la pasión. Y ponerle nuestro sello. Madrid no se transformaría porque ya está a la vanguardia.

¿Y no cambiaría?

Sí, un cambio moral. Y de integración. Veo los Paralímpicos en Madrid como un objetivo principal para mentalizar al ciudadano. Verlos como deportistas olímpicos también. Un toque distinto, nuestro plus.

Una de las partes más emocionantes será preparar la lista de 24 deportistas que desembarcarán en Buenos Aires, ¿no?

Alejandro (Blanco) me pidió que preparara una lista y yo le presenté un libro. Nos sobran deportistas, apoyan a Madrid y quieren estar en Buenos Aires. Es una lista de bodas, yo metería a todos.

Imagínese en Buenos Aires. Venda Madrid al COI.

Madrid, proyecto seguro. Fiable. Y Madrid, la ciudad en la que vivirán las tres mejores semanas de sus vidas.