La 'guerreras' pueden ser la otra generación de oro española

El waterpolo español disputará esta noche su sexta final de un Mundial, la primera en categoría femenina. Como ocurriese con el equipo masculino en la década de los 90, esta será la primera de muchas para una generación de oro, plata en Londres y con una media de edad de 22 años. Es imposible no trazar paralelismos entre este grupo entrenado por Miki Oca y aquel en el que el actual técnico era jugador, bajo las órdenes de Dragan Matutinovic y Joan Jané. La eclosión de las chicas se produjo al ganar el Mundial júnior en Trieste (Italia) en 2011 y el de los chicos, 20 años antes, en Los Ángeles (Estados Unidos).

Inspiradas en aquellos años dorados, con una mentalidad ganadora, España se lanzará a la pileta Bernat Picornell a por el oro. Sin complejos, con el crucial apoyo de las 4.000 personas que las animarán, lo tienen todo a su favor para derrotar a Australia, bronce en los últimos Juegos, campeona del mundo en 1986.

Hace apenas dos semanas, ambas escuadras se midieron en el Torneo de Portugalete, con triunfo para las españolas por 9-7. Australia es una selección muy física, brillante en el nado, pero España tiene más talento y cuajo, después de rozar la perfección ante Estados Unidos (9-6) y alcanzar la épica ante Hungría (13-12). El equipo de Oca es capaz de manejarse en cualquier escenario y su convicción le puede llevar a una histórica victoria, aunque ha sorprendido Australia con la autoridad con la que se ha ventilado a Rusia (9-6) y Grecia (9-5).

El equipo español tiene múltiples recursos en ataque, por lo que la victoria tendrá que cimentarse en una defensa que se asemeje más al día de Estados Unidos que al de Hungría. No le tiembla el pulso a las Pareja, Espar y Laura López desde la zona exterior, y por dentro Andrea Blas se ha unido a la supremacía de Maica a la hora de sacar exclusiones. Un equipo llamado a marcar una época.