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WATERPOLO | ESPAÑA 13 - HUNGRÍA 12

Tras el partido perfecto contra EE UU, llegó el día de la épica

En un partido de infarto se impusieron a Hungría y disputarán el título a Australia. Anni Espar y Laura López fueron decisivas. Remontada heroica en el cuarto final.

Barcelona
Jennifer Pareja y Roser Tarragó celebran el triunfo sobre Hungría.
Jennifer Pareja y Roser Tarragó celebran el triunfo sobre Hungría.AFP

De nuevo, lo volvieron a hacer. Tras sellar ante Estados Unidos el partido perfecto, les faltaba a las guerreras el partido épico. El encuentro de infarto. Y ese, también lo ganaron. Fue ante Hungría en una Picornell encendida donde no se movió nadie hasta que el último tiro húngaro se estrelló en el larguero de Laura Ester. El premio estaba logrado. Las chicas de Oca que jugaron la final olímpica hace un año, mañana disputarán la final del Mundial ante Australia, que derrotó en la otra semifinal a Rusia (6-9).

Era un partido tan difícil como el de hace dos días ante Estados Unidos. O quizás más, porque si entonces eran las españolas las que le tenían ganas a las americanas, ayer era al revés. Las guerreras habían apartado a las húngaras de la final olímpica en Londres y éstas las habían ganado dos veces este año en la Liga Mundial. El partido prometía y no defraudó.

Espar lidera. Con las húngaras pendientes de Jenniffer Pareja, clave ante Estados Unidos, apareció en la Picornell la gigantesca figura de Anni Espar, que se convirtió en toda una tortura para Bolonyai, su compañera de equipo en Estados Unidos. Claro que por parte húngara, Szucs también le complicaba la existencia a Laura Ester. Ambas juegan en el CN Sabadell.

Con los dos primeros cuartos empatados, las húngaras se destacaron en el tercero, pero lo pagaron en el cuarto porque su trabajo defensivo les acarreó la pena de las exclusiones definitivas.

Entonces las Lauras, López y Ester, aparecieron para sentenciar un partido que puede valer el oro que valen estas chicas. Perdían por 9-12 a falta de diez minutos, pero apretaron los dientes, supieron sufrir y volvieron a demostrar por qué les llaman las Guerreras, como a las chicas del balonmano. Porque además de ser muy buenas, tienen todo el coraje del mundo.