Ana Botella
"Los Juegos son un milagro: ponen de acuerdo a los políticos"
Con Cibeles de fondo, impresiona el despacho de Ana Botella, alcaldesa de Madrid. Aquí recibió a AS, en pleno sueño de unos Juegos que encenderían a todo el país.
¿Qué sentiría, casi más como madrileña que como alcaldesa, si al regreso de Buenos Aires se ve en este despacho preparando unos Juegos?
Pues sería una gran satisfacción porque los madrileños nos los merecemos. La ciudad se ha ganado esa medalla de oro por la ilusión que ha demostrado durante todo este proceso.
Más que nunca en este contexto de crisis, a usted se le multiplican las ocupaciones en otros departamentos del consistorio. ¿Cuánto tiempo de su agenda política ocupa Madrid 2020?
Mi prioridad es ocuparme del buen funcionamiento de la ciudad todos los días. Hago todo lo que puedo por lograr los Juegos Olímpicos, pero no puedo olvidarme de mi tarea fundamental: que funcione Madrid. Es una obviedad decir que es una ciudad compleja y vive una situación complicada. Hay que trabajar duro por muchas personas. Por suerte, en la candidatura tenemos a Alejandro Blanco volcado, a Juan Antonio Samaranch, Marisol Casado, Perurena... Y a nuestro Príncipe, que se exhibió en Lausana.
Pero al menos será una ilusión que le libere
Eso sí. Por encima de todo, Madrid 2020 es una gran ilusión. Hay un poco de vértigo porque se acerca el día de la elección y es lógica la incertidumbre pero ojalá tengamos recompensa y la ilusión se convierta en algo material.
Álvarez del Manzano, Ruiz Gallardón..., ¿cuál es su aportación a esta carrera?
No puedo hablar de mí porque la aportación fundamental es la de los madrileños. Gracias a ellos, a los impuestos que se recaudan, hemos ido construyendo unas infraestructuras que han hecho posible que, a día de hoy, el 80 por ciento del proyecto que hemos presentado ya esté construido.
¿Ni un toque personal?
Si acaso, aprender de las candidaturas anteriores y cambiar algunas de las posibles sedes para convertirnos en más austeros aún. Reinventarnos con eficiencia. Hacer una candidatura más austera acorde con los nuevos tiempos.
Hay cierto reparo por los Juegos: el gasto. ¿Qué le diría al madrileño, al español, para hacerle ver que los Juegos serían positivos para el futuro de la ciudad, del país?
Hay algo fundamental. El turismo es una de nuestras mayores riquezas. El año pasado tuvimos casi ocho millones de turistas y estamos cerca de batir un récord histórico. No hay duda del efecto que tendrían los Juegos en la dinamización del turismo. Incluso el haber sido ciudad candidata antes ya tiene un efecto visible. Imaginen ser sede. Para entenderlo, sólo hace falta ver el ejemplo de Barcelona.
Eran otros tiempos
Ya, pero a día de hoy Barcelona todavía es más conocida en el mundo que Madrid y es por los Juegos. Barcelona se transformó. Nosotros no necesitamos esa metamorfosis porque tenemos un legado. Pero también cambiaríamos algo. A mejor. Pelear por los Juegos supone una increíble campaña publicitaria de la ciudad durante siete años.
Ya que habla de Barcelona 92, ¿qué recuerda?
Que era claramente más joven que ahora (risas). Estuve en la ceremonia de apertura. Recuerdo una imagen que es la que yo creo que todos tenemos grabada. La del Príncipe Felipe entrando al estadio como abanderado. Fue una emoción. Creo que fue el evento que supuso el gran cambio para el deporte español. Y además casi todo el mundo está de acuerdo en decir que han sido los mejores Juegos de la historia.
¿Ahí ya pensó en que Madrid también podía y debía ser olímpica?
En ese momento yo estaba preocupada en otras cosas, la verdad. Pero me pareció fenomenal ver a Barcelona celebrar unos Juegos, el sentimiento de la gente, cómo explotó aquella ciudad. Entonces, no tenía otro pensamiento la verdad. Ese año Madrid fue capital cultural y se celebró la Expo en Sevilla. España estuvo espléndida.
¿Y cuándo se engancha definitivamente a la idea?
Mi primera conciencia de que Madrid debía ser olímpica fue al poco tiempo de llegar al Ayuntamiento. Justo en el momento en el que Álvarez del Manzano presentó la idea. Siempre tuve la consciencia de que sería muy importante para Madrid, pero con los años ha ido más allá. Porque la nuestra, además, es una candidatura distinta a todas. Especial.
¿Y eso?
Es racional. Es la primera vez en la historia de los Juegos modernos que se presenta una candidatura con el 80 por ciento de las infraestructuras hechas. Todas las anteriores fueron virtuales. Este el gran valor de Madrid. No tenemos elefantes blancos (edificios sin utilidad posterior), tenemos el transporte hecho y la gente ya disfruta de muchas instalaciones. Al COI le importa mucho el legado y eso ya lo tenemos. Lo garantizamos
¿Sólo ve beneficios para Madrid?
La ceremonia de apertura de unos Juegos es el acontecimiento más visto en la televisión. Ver Hyde Park en Londres lleno de turistas resultó impresionante. De Londres, por ejemplo, sacamos la idea de que el voley playa fuera en el Retiro. Si algo funciona y hay que copiarlo, se hace. Y tenemos un intangible a favor: la ilusión colectiva en un proyecto, la unión, los valores que el deporte transmite.
Más.
Tenemos varios de los mejores deportistas del mundo. Sólo hay que ver cómo mira el planeta a Rafael Nadal. Contamos con experiencia de sobra en organización de eventos y supondría un efecto muy bueno en la economía. De hecho, podemos decir que Madrid ya es una capital del deporte.
¿Por qué?
El Ayuntamiento de Madrid es el principal prestador de servicios deportivos que hay en España. No se pone en valor, pero se lo debemos en parte a ser ciudad candidata ya que se han fomentado el deporte base y las infraestructuras. Hace unos días estuve en San Blas, que será el corazón olímpico de la ciudad, y la gente transmite ilusión porque nos den los Juegos.
La seguridad truncó en parte, dicen, la posibilidad de albergar los Juegos con aquella pregunta de Alberto de Mónaco. Lo cierto es que ya no ocupa un punto principal en las preocupaciones de los españoles ¿En qué punto se encuentra Madrid?
Es un valor que también podemos poner ya por delante. Sin duda. Es evidente que Madrid es una ciudad segura. No lo digo yo, sino las estadísticas. Desde el punto de vista del terrorismo, no tiene que ver con lo que pasaba hace unos años. Y además, la criminalidad común sitúa a Madrid como la segunda capital europea más segura. Es decir, Madrid es una de las más seguras del mundo.
Eso permitiría vivir los Juegos en la calle...
Ese es otro valor de Madrid. Aquí nos gusta vivir todo en la calle. Daría unas características especiales al evento. Madrid se mueve muy bien en la calle y ayuda.
Ahora que durante un tiempo hubo polémica con el horario de cierre del metro, por ejemplo. ¿La nominación olímpica obligaría a reforzar horarios y transportes?
Sin duda. Se haría lo que se tuviese que hacer, aunque todavía queda mucho. En otros acontecimientos ya lo hemos hecho. Tenemos una de nuestras grandes fortalezas en todo el dinero que hemos invertido ya en los últimos años: casi 19.000 millones de euros.
Otra preocupación. Hubo Juegos que desarrollaron ciudades: Barcelona, Londres. Y otros que terminaron siendo ruinosos como Montreal y Roma. ¿Se generaría deuda?
Todas las crisis tienen un componente psicológico y los Juegos serían un acto de confianza en nosotros mismos. Se dinamizará la economía, es una certeza. El apoyo de todos los partidos, de las administraciones, de la Casa Real y del Príncipe está siendo muy importante.
Un punto simbólico para la ciudad que es sede: Las Ventas. ¿Teme molestar a los puristas si se remodela?
Habría que cubrir la plaza, eso ya está previsto. Pero en Las Ventas ya se han celebrado muchos otros eventos diferentes a los toros. En los años 40 se organizaron veladas de boxeo y también ahí hemos celebrado la Davis. Se lo enseñamos al Comité de Evaluación en la visita. Es un escenario muy cálido. Los entendidos sabrán cómo tienen que hacerlo. Será diferente.
¿Con qué instalación ya hecha o de las que haya que acometer se siente usted más orgullosa o expectante para poder disfrutarla?
El Retiro. Es emblemático para Madrid, su corazón. El latido. Muchos hemos visto cómo ha ido cambiando esta ciudad, que cambia como cambia nuestra sociedad. Cuando yo era una niña, no había nada. La Casa de Fieras y poco más. Ahora se han construido infinidad de cosas y Madrid se ha transformado. Pero el Retiro es otra cosa: se baila, se habla, se pasea, se hace footing. Y todos lo cuidan. Ver el Retiro como sede olímpica emociona. Y está fantásticamente comunicado.
Ahora que habla de footing en El Retiro. ¿Es o fue usted deportista?
Mi generación se ha incorporado tarde al deporte. Y más las mujeres. No vivíamos el deporte como ahora, entre otras cosas porque no existían tantas infraestructuras. ¡Y en el cole debía hacer gimnasia con unos 'pololos' por la rodilla y encima una falda! No digo que fuera un impedimento, pero sí complicaba las cosas. Había un plinto, la barra, un potro y poco más.
¿Y ahora?
Luego sí he hecho deporte. Empecé más tarde pero me parece necesario. Antes de llegar al despacho salgo a pasear..., pero bien rápido.
¿Le preocupa más Estambul o Tokio?
Son unas ciudades muy importantes, pero trabajaremos por la nuestra hasta el día 7.
A ustedes, los políticos, les preparan los discursos. ¿Qué frase no artificial cree que le saldrá de dentro en Buenos Aires?
Pues una que dije en una de las presentaciones que ya hemos hecho y que al auditorio le hizo gracia. Diría que los Juegos no es que sean una prioridad, es que son un milagro porque han puesto de acuerdo a todos los políticos de España, algo que no sucedía en los últimos 20 años. Un milagro. Y diría que Madrid está preparada por los méritos que han hecho sus ciudadanos. Que han apoyado a las administraciones a crear estas infraestructuras.
¿Cree que podría tener algún plus, positivo se entiende, su condición de mujer?
No..., no tengo ni idea. Al final son cien votos de cien personas y no sé cuáles son sus motivaciones. Hemos transmitido unos mensajes fundamentales y no sólo se los hemos contado sino que los han visto cuando vinieron. Vieron cómo funciona el transporte y todo lo que tenemos. La Comisión de Evaluación venía con técnicos y no vean cómo preguntaban Eran muy exigentes.
¿Cómo se imagina usted en ese verano de 2020?
No sé cómo ni dónde estaré que ya tengo unos años, pero apunten esto.
Diga.
Estaré como sea la ceremonia de apertura. Y a poder ser, con mis nietos.