MADRID 2020
“Franco preguntó el coste y se echó las manos a la cabeza”
El presidente de la Academia Olímpica Española, Conrado Durántez es uno de los que mejor recuerdan el primer intento de Madrid para organizar unos Juegos.
Madrid ha intentado ser cuatro veces ciudad olímpica. ¿Cómo recuerda usted la primera y más desconocida?
Cómo pasa el tiempo. Ya no habrá casi nadie vivo de aquella candidatura. Todo comenzó en 1965. En España se celebró entonces el 63º Congreso del COI. Samaranch ya estaba buscando su futuro en el olimpismo. De hecho, en la votación de Roma fue elegido para tener derecho a voto. Aquí se atendió a los miembros del Comité de lujo. Todos los países nos felicitaron. Así, España abandonó sus complejos. Por eso surgió la idea de pedir la candidatura para un gran evento como el de 1972. Había mucha ilusión. Así que se empezaron a mover las gestiones. Se hizo un dossier del proyecto muy detallado. Era diciembre. Sin embargo pronto surgieron los problemas…
¿Y eso?
Franco preguntó cuál era el coste de las obras y se echó las manos a la cabeza. No quiso saber nada más a no ser que se ganara la votación. No dieron ni cifras. Hubo muchas dudas. Fue clave. Me he relacionado mucho con miembros del COI y eso no gusta nada.
El examen fue en Roma.
Sí. Y se llegó de mala manera. Allí se presentó el teniente de alcalde, Jesús Suevos, y no el alcalde. Como dejaba claro el punto 92 del Boletín del COI. Ese feo detalle se entendió como una muestra de que España no quería los Juegos. Algo opuesto a lo que ha sucedido ahora, que hasta el Príncipe y Rajoy fueron a Lausana.
¿Por qué no se apoyó la candidatura como se debía?
No había convicción. Y eso que desde el 60 no había Juegos en Europa. España empezaba a emerger. Y en deporte se comenzaba a despuntar. Aquel primer proyecto fue más por intentar un lavado de imagen internacional. Igual que ahora necesitamos estos Juegos para impulsar la economía, entonces fue más una cuestión romántica. El régimen necesitaba demostrar que se estaban haciendo grandes cosas. Querían un espaldarazo.
¿El proyecto era bueno?
No había instalaciones. Nos dieron la peor valoración técnica. Había incoherencias. El problema fue el coste. Y eso que el país ya avanzaba.
¿Por qué no se insistió después en la idea de que Madrid fuese olímpica como ahora?
No sé, porque las relaciones con el COI eran estupendas. El nivel deportivo aún no era el adecuado. Eso llegó en el 92. Antes se creía en el milagro y en Barcelona todo fue una realidad porque se trabajó por fin con seriedad: se ganaron más medallas en los tres primeros días que en toda la historia.
Aquel primer intento guarda un punto en común con estos: Las Ventas como sede.
Es algo buscado a propósito. En aquellos tiempos heroicos nos veían a los españoles como toreros. Ahora ya nos conocen y saben que no, que sólo es una fiesta. Pero España representa lo tradicional y Las Ventas es un símbolo para el resto del mundo. Es un acierto. Antes, ahora y siempre.
¿Se llegó a pensar en un logo o en una mascota?
No. Las mascotas son posteriores. Empezaron en Múnich. Eso es del mercantilismo.
Pues habría que pensar en una para Madrid 2020.
No sé qué dirán los especialistas. Cobi era feísimo y caló. El nuestro debería llevar el oso y el madroño. ¡Un toro, no! Pero que vayan pensando. Veo muchas opciones de ganar.